sábado, 22 de diciembre de 2018

09. EL EVANGELIO VERSUS LA CIENCIA Y LA LITERATURA.


La ciencia y la literatura no pueden llevar a la mente oscurecida de los hombres la luz que puede dar el glorioso evangelio del Hijo de Dios. Sólo él puede hacer la gran obra de iluminar el alma. No es extraño que Pablo exclamara: "porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación para todo aquel que cree" (Rom. 1: 16). El evangelio de Cristo llega a ser personalidad en los que creen, y los hace epístolas vivientes, conocidas y leídas por todos los hombres. De esta manera, la levadura de la piedad pasa a la multitud. Las inteligencias celestiales pueden discernir los verdaderos elementos de grandeza del carácter, pues sólo la bondad es estimada como eficiencia por Dios.- RH, 15 de dic. de 1891. (FE 199, 200).

 SÓLO EL EVANGELIO PUEDE CURAR LOS MALES QUE MALDICEN A LA SOCIEDAD. 
El único remedio para los pecados y dolores de los hombres es Cristo. Únicamente el Evangelio de su gracia puede curar los males que azotan a la sociedad. La injusticia del rico hacia el pobre, el odio del pobre hacia el rico, tienen igualmente su raíz en el egoísmo, el cual puede 67 extirparse únicamente por la sumisión a Cristo. Solamente él da un nuevo corazón de amor en lugar del corazón egoísta de pecado. Prediquen los siervos de Cristo el Evangelio con el Espíritu enviado desde el cielo, y trabajen como él lo hizo por el beneficio de los hombres. Entonces se manifestarán, en la bendición y la elevación de la humanidad, resultados que sería totalmente imposible alcanzar por el poder humano. PVGM 200 (ed. PP); 175 (ed. ACES) (1900).

lunes, 29 de octubre de 2018

08. HALLOWEEN: ¡NO TENGAS MIEDO! ¡TEN MUCHO MIEDO!


Al otro lado de la calle donde me alojo en Boston, un esqueleto está tratando de trepar por una ventana abierta del segundo piso. 
Otros dos esqueletos están subiendo al porche. Una peluca de color castaño llamativo parece sugerir que uno de los esqueletos es una mujer. Ella y su amiga parecen estar intentando acceder a la casa tomando una ruta más directa a través de la puerta principal. El porche de la casa está adornado con enormes telas de araña. Los fantasmas decoran la escena. Por la noche, dos ojos brillantes y brillantes miran por las ventanas. Tienes la idea, Es Halloween. 

Más arriba en la calle, un cráneo gigante adorna la puerta de entrada a otra residencia. Un pequeño cementerio de imitación contiene lápidas que dicen "Descansa en pedazos", "Estaré de regreso" y "Ven, únete a mí". A pocas cuadras de distancia, una familia tiene lo que el letrero llama una "Fiesta de Zombies" que se desarrolla en su patio delantero. Varios esqueletos parecen estar saliendo del suelo. Un par de cuadras más es la pantalla de Halloween más increíble que he presenciado. El patio delantero es un verdadero bosque de parafernalia de Halloween, y la casa está decorada como nunca he visto. 

Las voces llaman desde algún lugar en medio de un caos, invitaciones para unirse al difunto y "tener mucho miedo". Pero todo es divertido, ¿verdad? Los niños de todas las edades disfrutan disfrazarse con disfraces, y algunos disfraces de Halloween son divertidos y creativos. Truco o trato es una tradición estadounidense largamente establecida y muy querida. Feliz Halloween, ¿verdad? 


Incorrecto. La "diversión inofensiva" que Halloween representa para muchas personas se basa en una mentira y existe para perpetuar una mentira. La diversión no es realmente el punto de Halloween. Halloween es una celebración del espiritismo, la creencia de que los espíritus de los muertos sobreviven a la muerte corporal y se comunican o incluso se burlan de los vivos. ¡De miedo! 

Pero el hecho es que Halloween es todo un ladrido y no un bocado. Halloween se deleita con la idea de que los muertos vuelven a la vida, que los muertos acosan a las casas y que, inmediatamente después de la muerte, hay vida en otro reino.

 La verdad es que esa no es la verdad. No hay una sola razón para tener miedo en Halloween. ¿Por qué? Porque la última persona que puede molestarlo, asustarlo o atormentarlo es una persona muerta. 


La Biblia es clara acerca de esto. Al escribir en el libro de Eclesiastés, Salomón declaró: "Porque los vivos saben que morirán, pero los muertos no saben nada". 9:5.

Lejos de estar interesados en trepar por la ventana del piso de arriba, los muertos no son conscientes de nada

No, los muertos no están en el cielo alabando a Dios. La Biblia es inequívoca en ese punto. "Los muertos no alaban al Señor, ni a ninguno de los que descienden al silencio".  Sal. 115:17.

Pablo enseñó a los muertos a dormir 
(véase 1 Corintios 15: 51-55, 
1 Tesalonicenses 4: 13-18) y lo hizo claramente. 

Los que enseñan que los humanos poseen un alma inmortal o un alma que sobrevive a la muerte corporal, deben su sistema de creencias más a Platón que a la Biblia. 

La historia de la creación enseña, una vez más, claramente, que a los seres humanos no se les dio un alma, sino que Adán fue creado como "un alma viviente" (Génesis 2: 7, KJV).

 Sin un alma que sobreviva a la muerte corporal, nos queda concluir que los muertos, que no alaban al Señor y que no saben “nada”, 
No están merodeando por los vecindarios o los cementerios, ni intentan trepar por las ventanas del segundo piso. Víspera de Todos los Santos. Ellos estan dormidos 

¿Debería una persona temer a los muertos, a los fantasmas y a los ghouls? No.
 No en lo más mínimo. Vampiros? No claro que no. Zombies? No. ¿Las cosas que van chocando en la noche? Eso depende de lo que sean esas "cosas". Pero puedes estar seguro de que no son los espíritus de los muertos. 

Jesús mismo dejó salir todo el aire del globo de Halloween cuando habló a sus discípulos acerca de su amigo Lázaro. Jesús dijo: "Nuestro amigo Lázaro duerme, pero yo voy para que lo despierte". Los discípulos estaban confundidos por esto, "Entonces Jesús les dijo claramente:" Lázaro está muerto "" (Juan 11:11–14).

 La Biblia es consistente. Los muertos duermen hasta el día de la resurrección. Recuerde las palabras de Jesús: "Lo levantaré en el último día" (Juan 6:44). Jesús dejó en claro que los justos serán "recompensados en la resurrección de los justos" (Lucas 14:14). Si alguien sobreviviera a la muerte corporal y se fuera inmediatamente al cielo, sería "recompensado" mucho antes de "la resurrección de los justos". 

HALLOWEEN es un tigre sin dientes, y existe para perpetuar una de las mentiras más grandes de Satanás: la mentira de que los muertos no están realmente muertos. 

Es una mentira que está preparando a la gente para un engaño masivo antes del regreso de Jesús. Como Halloween viene y se va por otro año, tenga en cuenta lo que la Biblia enseña acerca de la muerte. 

La clave de la vida más allá de esta vida es Jesús, "la resurrección y la vida" (Juan 11:25). Sin Jesús, nadie sale de la tumba. Con Jesús, "los muertos en Cristo resucitarán" (1 Tesalonicenses 4:16). Nuestra esperanza de vida después de esta vida es la fe en él. Y eso no es nada de lo que tener miedo! 
John Bradshaw    MHP

sábado, 13 de octubre de 2018

*MÁS DE 25 HORAS DE ALABANZA AL REY DE REYES/PLAYLIST (NUEVO HIMNARIO ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA) MHP

HIMNARIO ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA/CANTADO. Aleluya. Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento. Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. Los que teméis a Jehová, alabadle; Glorificadle, descendencia toda de Jacob, Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel. (Salmos: 150: 1 – 5; 22: 3).

01. HIMNARIO ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA
/01-100/CANTADO. 

02. HIMNARIO ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA. 
101-200 

03. HIMNARIO ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA. 
201-300 

04. HIMNARIO ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA. 
301-400

05. HIMNARIO ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA. 
401-500 

06. HIMNARIO ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA. 

jueves, 6 de septiembre de 2018

CAPÍTULO 3. LA GRAN COMISIÓN.

 LA GRAN COMISIÓN. 

DESPUÉS DE LA MUERTE DE CRISTO, los discípulos estuvieron a punto de ser vencidos por el desaliento. Su Señor había sido rechazado, condenado y crucificado. Los sacerdotes y gobernantes habían declarado con sorna: "A otros salvó, a sí mismo no puede salvar: si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él." (Mat. 27:42.) El sol de la esperanza de los discípulos se había puesto, y la noche había descendido sobre sus corazones. A menudo repetían las palabras: "Nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel." (Luc. 24:21.) Solitarios y con el corazón quebrantado, recordaron sus palabras: "Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará?" (Luc. 23:31.)

JESÚS HABÍA INTENTADO VARIAS VECES DESCORRER EL VELO DEL FUTURO ANTE SUS DISCÍPULOS, pero ellos no se habían interesado en pensar en las cosas que él decía. Por causa de esto, su muerte los había sorprendido; y ellos, al recapitular el pasado y ver el resultado de su incredulidad, se llenaron de tristeza. Cuando Cristo fue crucificado, no creyeron que resucitaría. Él les había dicho claramente que se levantaría al tercer día, pero ellos, perplejos, deseaban saber qué quería decir. Esta falta de comprensión los dejó enteramente desesperados en ocasión de su muerte. Quedaron amargamente chasqueados. Su fe no traspasaba las sombras que Satanás había arrojado a través del horizonte de ellos. Todo les parecía vago y misterioso. Si hubieran creído las palabras del Salvador, ¡cuánta tristeza hubieran podido evitar!

Aplastados por el desaliento, la pena y la desesperación, los discípulos se reunieron en el aposento alto, y cerraron y 22 atrancaron las puertas, temiendo que pudiera sobrevenirles la misma suerte de su amado Maestro. Fue allí donde el Salvador, después de su resurrección se les apareció.

POR CUARENTA DÍAS CRISTO PERMANECIÓ EN LA TIERRA, preparando a los discípulos para la obra que tenían por delante, y explicándoles lo que hasta entonces habían sido incapaces de comprender. Les habló de las profecías concernientes a su advenimiento, su rechazamiento por los judíos, y su muerte, mostrando que todas las especificaciones de estas profecías se habían cumplido. Les dijo que debían considerar este cumplimiento de la profecía como una garantía del poder que los asistiría en sus labores futuras. "Entonces les abrió el sentido ­leemos, ­para que entendiesen las Escrituras; y díjoles: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalén." Y añadió: "Vosotros sois testigos de estas cosas." (Luc. 24:45-48.)

DURANTE ESTOS DÍAS QUE CRISTO PASÓ CON SUS DISCÍPULOS, OBTUVIERON ELLOS UNA NUEVA EXPERIENCIA. Mientras oían a su amado Señor explicando las Escrituras a la luz de todo lo que había sucedido, su fe en él se estableció plenamente. Llegaron al punto de poder decir: "Yo sé a quién he creído." (2Tim. 1:12). Comenzaron a comprender la naturaleza y extensión de su obra, a ver que habían de proclamar al mundo las verdades que se les habían encomendado. Los sucesos de la vida de Cristo, su muerte y resurrección, las profecías que señalaban estos sucesos, los misterios del plan de la salvación, el poder de Jesús para perdonar los pecados, ­de todas estas cosas habían sido testigos, y debían hacerlas conocer al mundo. Debían proclamar el Evangelio de paz y salvación mediante el arrepentimiento y el poder del Salvador.

ANTES DE ASCENDER AL CIELO, CRISTO DIO A LOS DISCÍPULOS SU COMISIÓN. Les dijo que debían ser los ejecutores del testamento por el cual él legaba al mundo los tesoros de la vida eterna. 23 Vosotros habéis sido testigos de mi vida de sacrificio en favor del mundo, les dijo. Habéis visto mis labores por Israel. Y aunque mi pueblo no quiso acudir a mí para poder tener vida, a pesar de que los sacerdotes y gobernantes han hecho conmigo lo que querían, aunque me han rechazado, tendrán todavía otra oportunidad de aceptar al Hijo de Dios. Habéis visto que recibo libremente a todos los que acuden a mí confesando sus pecados. Al que a mí viene no lo echaré fuera de ninguna manera. Os encomiendo a vosotros, mis discípulos, este mensaje de misericordia. Ha de darse tanto a los judíos como a los gentiles, ­primero a Israel y entonces a todas las naciones, lenguas y pueblos. Todos los que crean integrarán una iglesia.

LA COMISIÓN EVANGÉLICA ES LA MAGNA CARTA MISIONERA DEL REINO DE CRISTOLos discípulos habían de trabajar fervorosamente por las almas, dando a todos la invitación de misericordia. No debían esperar que la gente viniera a ellos; sino que debían ir ellos a la gente con su mensaje.

Los discípulos habían de realizar su obra en el nombre de Cristo. Todas sus palabras y hechos habían de llamar la atención al poder vital de su nombre para salvar a los pecadores. Su fe habría de concentrarse en Aquel que es la fuente de la misericordia y el poder. En su nombre habían de presentar sus peticiones ante el Padre, y recibirían respuesta. Habían de bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

El nombre de Cristo había de ser su consigna, su divisa distintiva, su vínculo de unión, la autoridad para su curso de acción y la fuente de su éxito. Nada que no llevara su nombre y su inscripción había de ser reconocido en su reino.

Cuando Cristo dijo a sus discípulos: Salid en mi nombre para traer a la iglesia a todos los que crean, les presentó claramente la necesidad de conservar la sencillez. Cuanto menor fuera su ostentación, mayor sería su influencia para el bien. Los discípulos habían de hablar con la misma sencillez con que había hablado Cristo. Debían impresionar en sus oyentes las lecciones que él les había enseñado. 24

CRISTO NO DIJO A SUS DISCÍPULOS QUE SU TRABAJO SERÍA FÁCIL. Les mostró la vasta confederación del mal puesta en orden de batalla contra ellos. Tendrían que luchar "contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires." (Efe. 6: 12). Pero no se los dejaría luchar solos. Les aseguró que él estaría con ellos; y que si ellos avanzaban con fe, estarían bajo el escudo de la omnipotencia. Les ordenó que fuesen valientes y fuertes; porque Uno más poderoso que los ángeles estaría en sus filas: el General de los ejércitos del cielo. Hizo amplia provisión para la prosecución de su obra, y asumió él mismo la responsabilidad de su éxito.

MIENTRAS OBEDECIERAN SU PALABRA Y TRABAJASEN EN COMUNIÓN CON ÉL, NO PODRÍAN FRACASAR. Id a todas las naciones, les ordenó, id a las partes más alejadas del globo habitable, y estad seguros de que aun allí mi presencia estará con vosotros. Trabajad con fe y confianza; porque yo no os olvidaré nunca. Estaré siempre con vosotros, ayudándoos a realizar y cumplir vuestro deber, guiándoos, alentándoos, santificándoos, sosteniéndoos y dándoos éxito en hablar palabras que llamen la atención de otros al cielo.

EL SACRIFICIO DE CRISTO EN FAVOR DEL HOMBRE FUE PLENO Y COMPLETO. La condición de la expiación se había cumplido. La obra para la cual él había venido a este mundo se había efectuado. Él había ganado el reino. Se lo había arrebatado a Satanás, y había llegado a ser heredero de todas las cosas. Estaba en camino al trono de Dios, para ser honrado por la hueste celestial.

REVESTIDO DE AUTORIDAD ILIMITADA, DIO A SUS DISCÍPULOS SU COMISIÓN: "Por tanto, id, y doctrinad a todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." (Mat. 28:19,20.)

PRECISAMENTE ANTES DE DEJAR A SUS DISCÍPULOS, CRISTO EXPLICÓ CLARAMENTE UNA VEZ MÁS LA NATURALEZA DE SU REINO. Les recordó las cosas que les había dicho anteriormente respecto a ese reino. 25 Declaró que no era su propósito establecer en este mundo un reino temporal.  No estaba destinado a reinar como monarca terrenal en el trono de David. Cuando los discípulos le preguntaron: "Señor, ¿restituirás el reino a Israel en este tiempo?" él respondió: "No toca a vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad." (Hech. 1:6,7.) No era necesario para ellos penetrar más en el futuro de lo que las revelaciones que él había hecho los capacitaban para hacerlo. Su trabajo era proclamar el mensaje evangélico.

LA PRESENCIA VISIBLE DE CRISTO ESTABA POR SERLES QUITADA A LOS DISCÍPULOS, pero iban a recibir una nueva dotación de poder. Iba a serles dado el Espíritu Santo en su plenitud, el cual los sellaría para su obra. "He aquí ­dijo el Salvador,­ yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: más vosotros asentad en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto." (Luc. 24:49.) "Porque Juan a la verdad bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de éstos." "Más recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra." (Hech. 1:5,8).

EL SALVADOR SABÍA QUE NINGÚN ARGUMENTO, por lógico que fuera, podría ablandar los duros corazones, o traspasar la costra de la mundanalidad y el egoísmo. Sabía que los discípulos habrían de recibir la dotación celestial; que el Evangelio sería eficaz sólo en la medida en que fuera proclamado por corazones encendidos y labios hechos elocuentes por el conocimiento vivo de Aquel que es el camino, la verdad y la vida.

LA OBRA ENCOMENDADA A LOS DISCÍPULOS REQUERIRÍA GRAN EFICIENCIA; porque la corriente del mal que fluía contra ellos era profunda y fuerte. Estaba al frente de las fuerzas de las tinieblas un caudillo vigilante y resuelto, y los seguidores de Cristo podrían batallar por el bien sólo mediante la ayuda que Dios, por su Espíritu, les diera.

CRISTO DIJO A SUS DISCÍPULOS Que Ellos Debían Comenzar Su 26 Trabajo En Jerusalén. Esa Ciudad Había Sido El Escenario De Su Asombroso Sacrificio Por La Raza Humana.

Allí, cubierto con el vestido de la humanidad, había caminado y hablado con los hombres, y pocos habían discernido cuánto se había acercado el cielo a la tierra.

Allí había sido condenado y crucificado.

EN JERUSALÉN HABÍA MUCHOS QUE CREÍAN SECRETAMENTE QUE JESÚS DE NAZARET ERA EL MESÍASY Muchos Que Habían Sido Engañados Por Los Sacerdotes Y Gobernantes. El Evangelio debía ser proclamado a éstos. Debían ser llamados al arrepentimiento. Debía aclararse la maravillosa verdad de que sólo mediante Cristo puede obtenerse la remisión de los pecados. Y mientras Jerusalén estaba agitada por los conmovedores sucesos de pocas semanas atrás, era cuando la predicación de los discípulos haría la más profunda impresión.

DURANTE SU MINISTERIO, Jesús había mantenido constantemente ante los discípulos el hecho de que ellos habrían de ser uno con él en su obra de rescatar al mundo de la esclavitud del pecado. Cuando envió a los doce y más tarde a los setenta, a proclamar el reino de Dios, les estaba enseñando su deber de impartir a otros lo que él les había hecho conocer. En toda su obra, los estaba preparando para una labor individual, que se extendería a medida que el número de ellos creciese, y finalmente alcanzaría a las más apartadas regiones de la tierra.

La Última Lección Que Dio A Sus Seguidores Era Que Se Les Habían Encomendado Para El Mundo Las Alegres Nuevas De La Salvación.

CUANDO LLEGÓ EL MOMENTO EN QUE DEBÍA ASCENDER A SU PADRE, Cristo condujo a los discípulos hasta Betania. Allí se detuvo, y ellos se reunieron en derredor de él. Con las manos extendidas en ademán de bendecir, como asegurándoles su cuidado protector, ascendió lentamente de entre ellos. "Y aconteció que bendiciéndolos, se fue de ellos; y era llevado arriba al cielo."(Luc. 24: 51.)

Mientras los discípulos estaban mirando arriba para recibir la última vislumbre de su Señor que ascendía, él fue recibido en las gozosas filas de los ángeles celestiales. Mientras estos 27 ángeles lo escoltaban a los atrios de arriba, cantaban triunfalmente: "Reinos de la tierra, cantad a Dios, cantad al Señor; al que cabalga sobre los cielos de los cielos.... Atribuid fortaleza a Dios: sobre Israel es su magnificencia, y su poder está en los cielos." (Sal. 68:32-34.)

LOS DISCÍPULOS estaban todavía mirando fervientemente hacia el cielo cuando "he aquí, dos varones se pusieron junto a ellos en vestidos blancos; los cuales también les dijeron: Varones Galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo." (Hech. 1:10,11.)

LA PROMESA DE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO habría de mantenerse siempre fresca en las mentes de sus discípulos. El mismo Jesús a quien ellos habían visto ascender al cielo, vendría otra vez, para llevar consigo a aquellos que aquí estuvieran entregados a su servicio. La misma voz que les había dicho: "He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo,' les daría la bienvenida a su presencia en el reino celestial.

ASÍ COMO EN EL SERVICIO TÍPICO EL SUMO SACERDOTE ponía a un lado sus ropas pontificias, y oficiaba con el blanco vestido de lino del sacerdote común, así Cristo puso a un lado sus ropas reales, fue vestido de humanidad, ofreció sacrificio, siendo él mismo el sacerdote y la víctima. Como el sumo sacerdote, después de realizar su servicio en el lugar santísimo, salía vestido con sus ropas pontificias, a la congregación que esperaba, así Cristo vendrá la segunda vez, cubierto de vestidos tan blancos "que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos." (Mar. 9:3.) 

El vendrá en su propia gloria, y en la gloria de su Padre, y toda la hueste angélica lo escoltará en su venida.

ASÍ SE CUMPLIRÁ LA PROMESA DE CRISTO A SUS DISCÍPULOS: "Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo." (Juan 14:3.) A aquellos que le hayan amado y esperado, los coronará con gloria, honor e inmortalidad. Los justos muertos se levantarán de sus tumbas, y los que estén vivos serán arrebatados con ellos 28 al encuentro del Señor en el aire. Oirán la voz de Jesús, más dulce que ninguna música que hayan sentido alguna vez los oídos mortales, diciéndoles: Vuestra guerra ha terminado. "Venid, benditos de mi padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo." (Mat. 25:34). Bien podían los discípulos regocijarse en la esperanza del regreso de su Señor. 29

Los Hechos De Los Apóstoles En La Proclamación

Del Evangelio De Jesucristo. (EGW). MHP


CAPÍTULO 2. LA PREPARACIÓN DE LOS DOCE.

LA PREPARACIÓN DE LOS DOCE.

PARA CONTINUAR SU OBRA, Cristo no escogió la erudición o la elocuencia del Sanedrín judío o el poder de Roma. Pasando por alto a los maestros judíos que se consideraban justos, el Artífice Maestro escogió a hombres humildes y sin letras para proclamar las verdades que habían de llevarse al mundo. A esos hombres se propuso prepararlos y educarlos como directores de su iglesia. Ellos a su vez habían de educar a otros, y enviarlos con el mensaje evangélico. Para que pudieran tener éxito en su trabajo, iban a ser dotados con el poder del Espíritu Santo. El Evangelio no había de ser proclamado por el poder ni la sabiduría de los hombres, sino por el poder de Dios.

DURANTE TRES AÑOS Y MEDIO, los discípulos estuvieron bajo la instrucción del mayor Maestro que el mundo conoció alguna vez. Mediante el trato y la asociación personales, Cristo los preparó para su servicio. Día tras día caminaban y hablaban con él, oían sus palabras de aliento a los cansados y cargados, y veían la manifestación de su poder en favor de los enfermos y afligidos. Algunas veces les enseñaba, sentado entre ellos en la ladera de la montaña; algunas veces junto a la mar, o andando por el camino, les revelaba los misterios del reino de Dios. Dondequiera hubiese corazones abiertos a la recepción del mensaje divino, exponía las verdades del camino de la salvación. No ordenaba a los discípulos que hiciesen esto o aquello, sino que decía: "Seguidme." En sus viajes por el campo y las ciudades, los llevaba consigo, para que pudiesen ver cómo enseñaba a la gente. Viajaban con él de lugar en lugar. Compartían sus frugales comidas, y como él, algunas veces tenían hambre y a menudo estaban cansados. En las calles atestadas, 16 en la ribera del lago, en el desierto solitario, estaban con él. Le veían en cada fase de la vida.

AL ORDENAR A LOS DOCE, se dio el primer paso en la organización de la iglesia que después de la partida de Cristo habría de continuar su obra en la tierra. Respecto a esta ordenación, el relato dice: "Y subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar." (Mar. 3:13,14.)

Contemplemos la impresionante escena. Miremos a la Majestad del cielo rodeada por los doce que había escogido. Está por apartarlos para su trabajo. Por estos débiles agentes, mediante su Palabra y Espíritu, se propone poner la salvación al alcance de todos. Con alegría y regocijo, Dios y los ángeles contemplaron esa escena. El Padre sabía que la luz del cielo habría de irradiar de estos hombres; que las palabras habladas por ellos como testigos de su Hijo repercutirían de generación en generación hasta el fin del tiempo.

Los discípulos estaban por salir como testigos de Cristo, para declarar al mundo lo que habían visto y oído de él. Su cargo era el más importante al cual los seres humanos habían sido llamados alguna vez, siendo superado únicamente por el de Cristo mismo. Habían de ser colaboradores con Dios para la salvación de los hombres.

Como en el Antiguo Testamento los doce patriarcas eran los representantes de Israel, así los doce apóstoles son los representantes de la iglesia evangélica.

DURANTE SU MINISTERIO TERRENAL, Cristo Empezó A Derribar La Pared Divisoria Levantada Entre Los Judíos Y Gentiles, y a predicar la salvación a toda la humanidad. Aunque era judío, trataba libremente con los samaritanos y anulaba las costumbres farisaicas de los judíos con respecto a ese pueblo despreciado. Dormía bajo sus techos, comía junto a sus mesas, y enseñaba en sus calles.

El Salvador anhelaba exponer a sus discípulos la verdad concerniente al derribamiento de la "pared intermedia de 17 separación" entre Israel y las otras naciones, ­ la verdad de que "los Gentiles sean juntamente herederos" con los judíos, y "consortes de su promesa en Cristo por el evangelio." (Efe. 2:14; 3:6.)

ESTA VERDAD FUE REVELADA EN PARTE CUANDO RECOMPENSÓ LA FE DEL CENTURIÓN DE CAPERNAUM, y también cuando predicó el Evangelio a los habitantes de Sicar. Fue revelada todavía más claramente en ocasión de su visita a Fenicia, cuando sanó a la hija de la mujer cananea. Estos incidentes ayudaron a sus discípulos a comprender que entre aquellos a quienes muchos consideraban indignos de la salvación, había almas ansiosas de la luz de la verdad.

ASÍ CRISTO TRATABA DE ENSEÑAR A SUS DISCÍPULOS la verdad de que en el reino de Dios NO HAY FRONTERAS nacionales, ni castas, ni aristocracia; que ellos debían ir a todas las naciones, llevándoles el mensaje del amor del Salvador. 

Pero sólo más tarde comprendieron ellos en toda su plenitud que Dios "de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de la habitación de ellos; para que buscasen a Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen; aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros."(Hech. 17:26,27.)

EN ESTOS PRIMEROS DISCÍPULOS HABÍA NOTABLE DIVERSIDAD. Habían de ser los maestros del mundo, y representaban muy variados tipos de carácter. A fin de realizar con éxito la obra a la cual habían sido llamados, estos hombres, de diferentes características naturales y hábitos de vida, necesitaban unirse en sentimiento, pensamiento y acción. Cristo se propuso conseguir esta unidad. Con ese fin trató de unirlos con él mismo.

La mayor preocupación de su trabajo en favor de ellos se expresa en la oración que dirigió a su Padre: "Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa;" "y que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también a mí me has amado." (Juan 17:21,23.) Su constante oración por 18 ellos era que pudiesen ser santificados por la verdad; y oraba con seguridad, sabiendo que un decreto todopoderoso había sido dado antes que el mundo fuese. Sabía que el Evangelio del reino debía ser predicado en testimonio a todas las naciones; sabía que la verdad revestida con la omnipotencia del Espíritu Santo, habría de vencer en la batalla contra el mal, y que la bandera teñida de sangre flamearía un día triunfalmente sobre sus seguidores.

CUANDO EL MINISTERIO TERRENAL DE CRISTO ESTABA POR TERMINAR, y él comprendía que debía dejar pronto a sus discípulos para que continuaran la obra sin su superintendencia personal, trató de animarlos y prepararlos para lo futuro. No los engañó con falsas esperanzas. Como en un libro abierto leía lo que iba a suceder.

Sabía que estaba por separarse de ellos y dejarlos como ovejas entre lobos.

Sabía que iban a sufrir persecución, que iban a ser expulsados de las sinagogas y encarcelados.

Sabía que, por testificar de él como el Mesías, algunos de ellos serían muertos, y les dijo algo de esto.

Al hablarles del futuro de ellos, lo hacía en forma clara y definida, para que en sus pruebas venideras pudieran recordar sus palabras y ser fortalecidos creyendo en él como el Redentor.

LES HABLÓ TAMBIÉN PALABRAS DE ESPERANZA Y VALOR. "No se turbe vuestro corazón ­dijo: ­creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde yo voy; y sabéis el camino." (Juan 14:1-4). Por amor a vosotros he venido al mundo, por vosotros he trabajado. Cuando me vaya, todavía trabajaré fervientemente por vosotros. Vine al mundo para revelarme a vosotros, para que pudierais creer. Voy a mi Padre y a vuestro Padre para cooperar con él en favor vuestro.

"DE CIERTO, DE CIERTO OS DIGO: El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará; 19 porque yo voy al Padre." (Juan 14:12). Con esto Cristo no quiso decir que los discípulos habrían de realizar obras más elevadas que las que él había hecho, sino que su trabajo tendría mayor amplitud.

No se refirió meramente a la realización de milagros, sino a todo lo que sucedería bajo la acción del Espíritu Santo. "Cuando viniere el Consolador ­dijo él,­ el cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí. Y vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio." (Juan 15:26,27).

ESTAS PALABRAS SE CUMPLIERON MARAVILLOSAMENTE. Después del descenso del Espíritu Santo, los discípulos estaban tan llenos de amor hacia Cristo y hacia aquellos por quienes él murió, que los corazones se conmovían por las palabras que hablaban y las oraciones que ofrecían. Hablaban con el poder del Espíritu; y bajo la influencia de ese poder miles se convirtieron.

Como representantes de Cristo, los apóstoles iban a hacer una impresión definida en el mundo.

EL HECHO DE QUE ERAN HOMBRES HUMILDES NO DISMINUIRÍA SU INFLUENCIA, sino que la acrecentaría; porque las mentes de sus oyentes se dirigirían de ellos al Salvador, que, aunque invisible, seguía obrando todavía con ellos. La maravillosa enseñanza de los apóstoles, sus palabras de valor y confianza, darían a todos la seguridad de que no obraban ellos por su propio poder, sino por el poder de Cristo. Al humillarse a sí mismos, declararían que Aquel a quien los judíos habían crucificado era el Príncipe de la vida, el Hijo del Dios vivo, y que en su nombre hacían las obras que él había hecho.

EN SU CONVERSACIÓN DE DESPEDIDA CON SUS DISCÍPULOS LA NOCHE ANTES DE LA CRUCIFIXIÓN, el Salvador no se refirió a los sufrimientos que había soportado y que debía soportar todavía. No habló de la humillación que lo aguardaba, sino que trató de llamar su atención a aquello que fortalecería la fe de ellos, induciéndolos a mirar hacia adelante a los goces que aguardan al vencedor. Se regocijaba en el conocimiento de que podría 20 hacer más por sus seguidores de lo que había prometido y de que lo haría; que de él fluirían amor y compasión que limpiarían el templo del alma y harían a los hombres semejantes a él en carácter; que su verdad, provista del poder del Espíritu, saldría venciendo y para vencer. "Estas cosas os he hablado ­ dijo, ­ para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: más confiad, yo he vencido al mundo." (Juan 16:33).

CRISTO NO FRACASÓ, NI SE DESALENTÓ; y los discípulos debían manifestar una fe igualmente constante. Debían trabajar como él había trabajado, dependiendo de él como fuente de fuerza. Aunque su camino iba a ser obstruido por imposibilidades aparentes, por su gracia habían de avanzar, sin desesperar de nada y esperándolo todo. Cristo había terminado la obra que se le había encomendado que hiciera. 

Había reunido a aquellos que habrían de continuar su obra entre los hombres. Y dijo: "He sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; pero éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre, el que me has dado, para que ellos sean una cosa como lo somos nosotros." "Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que creen en mí por la palabra de ellos. Para que todos sean una cosa. . . . Yo en ellos, y tú en mí, para que sean consumadamente una cosa; y que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también a mí me has amado." (Juan 17:10,11, 20-23, V.H.A.) 21

Los Hechos De Los Apóstoles En La Proclamación

Del Evangelio De Jesucristo. (EGW). MHP


sábado, 30 de junio de 2018

CAPÍTULO 1. *EL PROPÓSITO DE DIOS PARA SU IGLESIA.

EL PROPÓSITO DE DIOS PARA SU IGLESIA.

LA IGLESIA ES EL MEDIO SEÑALADO POR DIOS PARA LA SALVACIÓN DE LOS HOMBRES. Fue organizada para servir, y su misión es la de anunciar el Evangelio al mundo. Desde el principio fue, el plan de Dios que su iglesia reflejase al mundo su plenitud y suficiencia. Los miembros de la iglesia, los que han sido llamados de las tinieblas a su luz admirable, han de revelar su gloria.

La iglesia es la depositaria de las riquezas de la gracia de Cristo; y mediante la iglesia se manifestará con el tiempo, aún a "los principados y potestades en los cielos"(Efe. 3:10), el despliegue final y pleno del amor de Dios.

MUCHAS Y MARAVILLOSAS SON LAS PROMESAS REGISTRADAS EN LAS ESCRITURAS EN CUANTO A LA IGLESIA. "Mi casa, casa de oración será llamada de todos los pueblos."(Isa. 56:7.) "Y daré a ellas, y a los alrededores de mi collado, bendición; y haré descender la lluvia en su tiempo, lluvias de bendición serán... Y despertaréles una planta por nombre, y no más serán consumidos de hambre en la tierra, ni serán más avergonzados de las gentes. Y sabrán que yo su Dios Jehová soy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice el Señor Jehová."(Eze. 34:26,29-31.)

"Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí; para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová; y fuera de mí no hay quien salve. Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros extraño. Vosotros pues sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios." "Yo Jehová te he llamado en justicia, y te tendré por la mano; te guardaré y te pondré por alianza del pueblo, por luz de las gentes; para que abras ojos de ciegos, para que saques 10 de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que están de asiento en tinieblas." (Isa. 43:10-12; 42:6,7.)

"En hora de contentamiento te oí, y en el día de salud te ayudé: y guardarte he, y te daré por alianza del pueblo, para que levantes la tierra, para que heredes asoladas heredades; para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Manifestaos. En los caminos serán apacentados, y en todas las cumbres serán sus pastos.  No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manaderos de aguas. Y tornaré camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas...

"Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes: porque Jehová ha consolado su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia. Mas Sión dijo: Dejóme Jehová, y el Señor se olvidó de mí. ¿Olvidaráse la mujer de lo que parió, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas te tengo esculpida: delante de mí están siempre tus muros." (Isa. 49:8-16.)

LA IGLESIA ES LA FORTALEZA DE DIOS, SU CIUDAD DE REFUGIO, QUE ÉL SOSTIENE EN UN MUNDO EN REBELIÓN. Cualquier traición a la iglesia es traición hecha a Aquel que ha comprado a la humanidad con la sangre de su Hijo unigénito.

Desde El Principio, las almas fieles han constituido la iglesia en la tierra.

En Todo Tiempo el Señor ha tenido sus atalayas, que han dado un testimonio fiel a la generación en la cual vivieron. Estos centinelas daban el mensaje de amonestación; y cuando eran llamados a deponer su armadura, otros continuaban la labor. Dios ligó consigo a estos testigos mediante un pacto, uniendo a la iglesia de la tierra con la iglesia del cielo.

Él ha enviado a sus ángeles para ministrar a su iglesia, y las puertas del infierno no han podido prevalecer contra su pueblo.

A TRAVÉS DE LOS SIGLOS DE PERSECUCIÓN, lucha y tinieblas, Dios ha sostenido a su iglesia. Ni una nube ha caído sobre ella sin 11 que él hubiese hecho provisión; ni una fuerza opositora se ha levantado para contrarrestar su obra, sin que él lo hubiese previsto. Todo ha sucedido como él lo predijo. Él no ha dejado abandonada a su iglesia, sino que ha señalado en las declaraciones proféticas lo que ocurriría, y se ha producido aquello que su Espíritu inspiró a los profetas a predecir. Todos sus propósitos se cumplirán. Su ley está ligada a su trono, y ningún poder del maligno puede destruirla.

La verdad está inspirada y guardada por Dios; y triunfará contra toda oposición.

Durante los siglos de tinieblas espirituales, la iglesia de Dios ha sido como una ciudad asentada en un monte. De siglo en siglo, a través de las generaciones sucesivas, las doctrinas puras del cielo se han desarrollado dentro de ella. Por débil e imperfecta que parezca, la iglesia es el objeto al cual Dios dedica en un sentido especial su suprema consideración. Es el escenario de su gracia, en el cual se deleita en revelar su poder para transformar los corazones.

"¿A QUÉ HEMOS DE COMPARAR EL REINO DE DIOS? Preguntó Cristo,­ ¿O Con Qué Semejanza Lo Representaremos?" (Mar. 4:30, V.M.) El No Podía Emplear Los Reinos Del Mundo Como Símil. No Podía Hallar En La Sociedad Nada Con Que Compararlo.

LOS REINOS TERRENALES son regidos por el ascendiente del poder físico; pero del reino de Cristo está excluída toda arma carnal, todo instrumento de coerción. Este reino está destinado a elevar y ennoblecer a la humanidad.

LA IGLESIA DE DIOS ES EL PALACIO DE LA VIDA SANTA, lleno de variados dones, y dotado del Espíritu Santo. Los miembros han de hallar su felicidad en la felicidad de aquellos a quienes ayudan y benefician.

ES MARAVILLOSA la obra que el Señor determina que sea realizada por su iglesia, a fin de que su nombre sea glorificado. Se da un cuadro de esta obra en la visión de Ezequiel del río de la salud: "Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán a la llanura, y entrarán en la mar; y entradas en la mar, recibirán sanidad las aguas. Y será que toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos arroyos, vivirá: 12 . . . y junto al arroyo, en su ribera de una parte y de otra, crecerá todo árbol de comer: su hoja nunca caerá, ni faltará su fruto: a sus meses madurará, porque sus aguas salen del santuario: y su fruto será para comer, y su hoja para medicina."(Eze. 47:8-12.)

DESDE EL PRINCIPIO Dios ha obrado por medio de su pueblo para proporcionar bendición al mundo.

Para La Antigua Nación Egipcia Dios hizo de José una fuente de vida. Mediante la integridad de José fue preservada la vida de todo ese pueblo.

Mediante Daniel Dios salvó la vida de todos los sabios de Babilonia.

Y esas liberaciones son lecciones objetivas; ilustran las bendiciones espirituales ofrecidas al mundo mediante la relación con el Dios a quien José y Daniel adorabanTodo aquel en cuyo corazón habite Cristo, todo aquel que quiera revelar su amor al mundo, es colaborador con Dios para la bendición de la humanidad. Cuando recibe gracia del Salvador para impartir a otros, de todo su ser fluye la marea de vida espiritual.

DIOS ESCOGIÓ A ISRAEL para que revelase su carácter a los hombres. Deseaba que fuesen como manantiales de salvación en el mundo. Se les encomendaron los oráculos del cielo, la revelación de la voluntad de Dios.

EN LOS PRIMEROS DÍAS DE ISRAEL, las naciones del mundo, por causa de sus prácticas corruptas, habían perdido el conocimiento de Dios. Una vez le habían conocido; pero por cuanto "no le glorificaron como a Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, . . . el necio corazón de ellos fue entenebrecido." (Rom. 1:21.)

Sin embargo, en su misericordia, Dios no las borró de la existencia. Se proponía darles una oportunidad de volver a conocerle por medio de su pueblo escogido. Mediante las enseñanzas del servicio de los sacrificios, Cristo había de ser levantado ante todas las naciones, y cuantos le miraran vivirían.

CRISTO ERA EL FUNDAMENTO DE LA ECONOMÍA JUDÍA. Todo el sistema de los tipos y símbolos era una profecía compacta del Evangelio, una presentación en la cual estaban resumidas las promesas de la redención. 13

Pero el pueblo de Israel perdió de vista sus grandes privilegios como representante de Dios. Olvidaron a Dios, y dejaron de cumplir su santa misión. Las bendiciones que recibieron no proporcionaron bendición al mundo. Se apropiaron ellos de todas sus ventajas para su propia glorificación. Se aislaron del mundo a fin de rehuir la tentación. Las restricciones que Dios había impuesto a su asociación con los idólatras para impedir que se conformasen a las prácticas de los paganos, las usaban para edificar una muralla de separación entre ellos y todas las demás naciones. Privaron a Dios del servicio que requería de ellos, y privaron a sus semejantes de dirección religiosa y de un ejemplo santo.

Los sacerdotes y gobernantes se estancaron en una rutina de ceremonias. Estaban satisfechos con una religión legal, y era imposible para ellos dar a otros las verdades vivientes del cielo. Consideraban cabalmente suficiente su propia justicia, y no deseaban que un nuevo elemento se introdujera en su religión. No aceptaban la buena voluntad de Dios para con los hombres como algo independiente de ellos mismos, sino que la relacionaban con sus propios méritos debidos a sus buenas obras.

La fe que obra por el amor y purifica el alma no podía unirse con la religión de los fariseos, hecha de ceremonias y de mandamientos de hombres.

En cuanto a Israel declara Dios: "Y yo te planté de buen vidueño, simiente verdadera toda ella: ¿cómo pues te me has tornado sarmientos de vid extraña?" (Jer. 2:21.) 

"Es Israel una frondosa viña, haciendo fruto para sí." (Os. 10:1.) "Ahora pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. ¿Qué más se había de hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que llevase uvas, ha llevado uvas silvestres?

"Os mostraré pues ahora lo que haré yo a mi viña: Quitaréle su vallado, y será para ser consumida; aportillaré su cerca, y será para ser hollada; haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerá el cardo y las espinas; y aún a las nubes 14 mandaré que no derramen lluvia sobre ella. Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta suya deleitosa. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor." (Isa. 5:3-7.) 

"No corroborasteis las flacas, ni curasteis la enferma; no ligasteis la perniquebrada, ni tornasteis la amontada, ni buscasteis la perdida; sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia." (Eze. 34:4.).

Los jefes judíos se consideraban a sí mismos demasiado sabios para necesitar instrucción, demasiado justos para necesitar salvación, demasiado altamente honrados para necesitar el honor que proviene de Cristo.

El Salvador se apartó de ellos para confiar a otros los privilegios que ellos habían profanado y la obra que habían descuidado. La gloria de Dios debe ser revelada, su palabra afirmada. El reino de Cristo debe establecerse en el mundo. La salvación de Dios debe darse a conocer en las ciudades del desierto; y los discípulos fueron llamados para realizar la obra que los jefes judíos no habían hecho. 15

Los Hechos De Los Apóstoles En La Proclamación

Del Evangelio De Jesucristo. (EGW). MHP


miércoles, 13 de junio de 2018

PREFACIO. LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES EN LA PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO DE JESUCRISTO. POR ELENA G. DE WHITE.


En todas las épocas de la triste y contradictoria carrera del mundo, Dios ha tenido sus testigos. En la naturaleza, la hierba y las flores, los matorrales y los arbustos, los valles y las llanuras, las montañas y las colinas, los ríos y los lagos, los mares y la tierra, han dado testimonio de su sabiduría, habilidad y bondad. Los cielos han dado testimonio de su poder, su omnisciencia y su divinidad. Los flamígeros orbes y resplandecientes estrellas han declarado con lenguas de luz la gloria de Dios, y revelado a los hombres la hermosura de sus obras. 

Durante siglos, su Palabra bienaventurada, viva y escrita, ha relatado la historia de su amor creador y redentor, e invitado fervorosamente a los hombres a acudir a él para hallar justicia, paz y descanso. Preeminentemente, se destaca a través de los siglos el Testigo Fiel y Verdadero, nuestro Señor Jesucristo, la Palabra de Dios encarnada, la plenitud de judíos y gentiles. Siguiendo en orden al Hijo divino, y mayor aún en su influencia directa, es la manifestación de la vida de nuestro Señor entre los hombres. Dios se deleita en tomar al ser humano imperfecto y transformarlo para "alabanza de la gloria de su gracia." Lo hizo de una manera supereminente después de la resurrección de nuestro Señor. 

El testimonio de Dios en los apóstoles y evangelistas fue el testimonio de una humanidad regenerada, creada de nuevo y engrandecida. Al pescador, al escriba, al estudiante, al médico, al hacedor de tiendas, habían sido reveladas visiones de Dios; y esas visiones, en el poder de Cristo, hicieron de los hombres que temían a Dios, pero no 6 temblaban ante el rostro de los hombres, seres que moldearon los siglos siguientes. 

A sus volúmenes maravillosamente instructivos de la serie: Patriarcas y Profetas, El deseado de Todas las Gentes y El Conflicto de los Siglos, la autora añadió Los Hechos de los Apóstoles, donde estudia los anales de los que testificaron por Dios después de la vida de nuestro Señor.

 Este libro inspirado arroja raudales de luz sobre la iglesia apostólica y el portentoso significado que tiene para nosotros en este tiempo. 
La iglesia militante exige una iglesia triunfante. En toda su guerra, sus pruebas, sus derrotas, ha tenido la visión de su victoria. Sobre todos los ruidos discordantes de la tierra, ha oído la voz alentadora de su Capitán. El que sufrió por sus hijos los está escogiendo para que reinen con él. 

 El que vino a morir en la humillación, el Doliente, vuelve en gloria, como el que ha de reinar para siempre. Los editores se alegran por tener oportunidad de dar a las almas expectantes, anhelantes, fervorosas, y al público en general, que busca la salvación en Cristo Jesús, este libro valioso, esta historia de los testigos de Dios. Los editores. EGW HAP MHP

lunes, 4 de junio de 2018

07. ¿QUÉ ES UN SACRIFICIO VIVO SANTO, AGRADABLE A DIOS? ¿VIVIR CONFORME A LOS DICTADOS DE LA MODA, TENDRÁ QUE VER ALGO CON CONFORMARSE A ESTE SIGLO?

 
"ASÍ que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno". 
Rom. 12:1-3.

 1 ASÍ QUE, HERMANOS. 
Podría referirse de nuevo y especialmente a la declaración de la misericordia de Dios que todo lo abarca (cap. 11: 32-36), o en una forma más general a todo el tema precedente de la epístola, cuya culminación está en el cap. 11: 32-36. El creyente ha sido justificado por la fe en Cristo y restaurado para que ame y confíe como hijo adoptivo de Dios, por lo tanto debe vivir una vida de pureza y santidad de acuerdo con su 611 nueva situación. 

 Por eso Pablo aclara que la doctrina de la justificación por la fe y la salvación por la gracia no fomentan ni permiten la impiedad, ni tampoco un negligente menosprecio de los mandamientos de Dios. Por el contrario, el creyente que ha sido justificado y está siendo santificado llega a estar aun más dispuesto a obedecer, pues "la justicia de la ley" se está cumpliendo en él (cap. 8: 4). 
Con amor y gratitud procura aun más fervientemente conocer, entender y cumplir "la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (cap. 12:2). 

 OS RUEGO. Pablo procede ahora a considerar la aplicación práctica de la doctrina de la justificación por la fe que ha explicado tan cuidadosamente en los cap. 1-11. La justificación por la fe no sólo significa el perdón del pecado, sino también una vida nueva. Incluye santificación y justificación, transformación y reconciliación. El propósito de Dios es restaurar completamente a los pecadores para hacerlos idóneos para vivir en su presencia. 

MISERICORDIAS DE DIOS. Gr. oiktirmós, palabra que expresa la más tierna compasión (ver 2 Cor. 1: 3). Es un término más enfático que eleos, el vocablo que se traduce "misericordia" en Rom. 11: 31. Pablo presenta esta tierna compasión como el motivo para la obediencia. Dios ha demostrado una misericordia tan grande al dar a su Hijo para que muriera por los pecadores y al perdonar sus rebeliones, que debieran con gozo consagrarse a él.

 PRESENTÉIS. Gr. paríst'mi, "colocar al lado", por lo tanto, 
"presentar". Compárese con el uso de esta palabra en Luc. 2: 22; 
Efe. 5: 27; Col. 1: 28. 

 VUESTROS CUERPOS. Pablo primero exhorta a los cristianos a que consagren su cuerpo a Dios, y después los insta a presentarle sus facultades intelectuales y espirituales (vers. 2). 

La verdadera santificación es la consagración de todo el ser: "espíritu, alma y cuerpo" (1 Tes. 5: 23), el armonioso desarrollo de las facultades físicas, mentales y espirituales, hasta que la imagen de Dios -en la cual fue creado el hombre- sea perfectamente restaurada (Col. 3: 10). 

 *La condición de la mente y del alma depende en gran medida de la condición del cuerpo. Por lo tanto, es esencial que las facultades físicas sean conservadas en óptima salud y en el mejor vigor posible. 

Cualquier práctica dañina o complacencia egoísta que disminuya la fortaleza física dificulta el desarrollo mental y espiritual. El enemigo de las almas conoce bien este principio, y por lo tanto dirige sus tentaciones al debilitamiento y a la degradación de la naturaleza física. 

Los resultados de esa mala obra eran perfectamente evidentes para Pablo quien procuraba rescatar a los paganos de sus prácticas degradantes (ver Rom. 1: 24, 26-27; 6: 19; Col. 3: 5, 7) y se esforzaba por afirmar a los nuevos conversos en pureza de vida (ver 1 Cor. 5: 1, 9; 6: 18; 11: 21; 2 Cor. 12: 21). Por lo tanto, los exhorta a que presenten sus "miembros" a Dios como "instrumentos de justicia" (Rom. 6: 13; cf. 1 Cor. 6: 15, 19; 7: 34). 

 El cristiano debe someter las tendencias de su naturaleza física bajo el dominio de las facultades más elevadas de su ser, y éstas a su vez deben estar sometidas al control de Dios. 
"La Facultad regia de la razón, 
santificada por la gracia divina, 
debe regir la vida" (PR 359). 

Sólo entonces el creyente puede ser hecho idóneo para ofrecer a Dios un "culto racional" (ver com. "racional" y "culto").

 SACRIFICIO VIVO. 
Los sacrificios del sistema ceremonial del AT consistían de animales muertos. El sacrificio cristiano consiste de una persona viva. El adorador cristiano se presenta vivo, con todas sus energías y facultades consagradas al servicio de Dios. 

SANTO. A los judíos se les había prohibido expresamente que ofrecieran en sacrificio un animal que fuera cojo o ciego, o que tuviera una deformidad (Lev. 1:3, 10; 3:1; 22:20; Deut. 15:21; 17:1; Mal. 1:8). Cada ofrenda era examinada cuidadosamente, y si se descubría en ella cualquier defecto, el animal era rechazado. Los cristianos también deben presentar su cuerpo en la mejor condición posible. 

Todas sus facultades y capacidades deben ser conservadas en pureza y santidad, pues de lo contrario la consagración del cristiano no puede ser aceptable delante de Dios. Esta no es una exigencia arbitraria. Dios desea la completa restauración de los creyentes. Esto incluye necesariamente la purificación y el fortalecimiento de las facultades físicas, mentales y espirituales. 

Por eso el cristiano que se somete por fe a la forma que Dios tiene de salvar al hombre, gozosamente obedecerá esta orden de considerar la salud de su cuerpo como un asunto de máxima importancia. Proceder de otra manera es estorbar la obra divina de la restauración. 

 AGRADABLE. Ver Fil. 4: 18; Col. 3: 20; Tito 2: 9. 612 El Dios que amó al mundo de tal manera que dio a su Hijo para salvar a los pecadores, "se agrada" cuando los hombres se apartan de los hábitos con los cuales se destruyen a sí mismos, y se entregan plenamente al Señor. De esa manera hacen que él pueda cumplir su bondadoso propósito de rescatarlos y llevarlos a la perfección con que originalmente fue creado el hombre. 

 CULTO. Gr. latréia. Este término implica un acto de servicio religioso o de adoración. Compárese con su uso en Heb. 9: 1 y Rom. 9: 4. Pablo está hablando de un culto que tiene que ver con la mente, la razón, el alma, como algo diferente de lo que es externo y material. 
La consagración que hace el cristiano de sí mismo a una vida de pureza y santidad es un acto de culto espiritual. 
Ya no ofrece más animales en sacrificio, sino se ofrece a sí mismo en un acto de servicio religioso que involucra su razón. 
Por eso Pedro describe a los creyentes como "un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo" (1 Ped. 2: 5; cf. CRA 82). 

 Este versículo atribuye un profundo significado a los principios de una vida saludable. El creyente cumple con un acto de culto espiritual al ofrecer a Dios un cuerpo santo y sano, junto con una mente consagrada y un corazón dedicado, porque al proceder así somete todo lo que hay en él a la voluntad de Dios y así abre el camino para la plena restauración en él de la imagen divina. 
Conservar las facultades físicas en la mejor condición posible es un acto de servicio religioso. Esto se debe a que el cristiano glorifica a Dios en su cuerpo (1 Cor. 6: 20; cf. 1 Cor. 10: 31), cuando sirve como ejemplo vivo de la gracia salvadora de Dios y participa con gran fuerza y energía en la obra de difundir el Evangelio. 
En esta forma fue como la corte de Babilonia contempló en Daniel y en sus compañeros "una ilustración de la bondad y beneficencia de Dios, así como del amor de Cristo" (PR 359). 
 Sus vidas puras y su notable desarrollo físico, mental y espiritual fueron una demostración de lo que Dios hará por aquellos que se entregan a él y procuran realizar los propósitos divinos. Ver com. Dan. 1: 12, 18.

 RACIONAL. Gr. logikós, "razonable", "espiritual', "lógico". Esta palabra aparece sólo una vez más en el NT en 1 Ped. 2: 2, donde se ha traducido como "espiritual" (ver comentario respectivo). 

 2. CONFORMÉIS.
Gr. susj'matízÇ, "conformarse uno al molde de otro". Este verbo también se usa en 1 Ped. 1: 14. 

 SIGLO. Gr. aiÇn, "edad" o "siglo" (ver com. Mat. 13: 39; 24: 3). 
La expresión "los hijos de este siglo" (Luc. 16: 8; 20: 34) podría traducirse "los hijos de este mundo", como se lee en la BJ. El cristiano no debe vivir de acuerdo con los usos de este siglo, como acostumbraba hacerlo cuando vivía según la carne (Rom. 8: 12); por el contrario, debe experimentar una completa transformación por medio de la renovación de su mente. 

 TRANSFORMAOS. Gr. metamorfóÇ, verbo del cual deriva la palabra "metamorfosis". En Mat. 17: 2; Mar. 9: 2 se usa para describir la transfiguración de Cristo; en 2 Cor. 3: 18 describe la transformación del creyente a la imagen de Cristo. 
Pablo está diciendo que el cristiano no debe copiar las costumbres externas y mudables de este mundo, sino ser plenamente transformado en su naturaleza íntima. 
(Vivir conforme al último grito de la moda, no es vivir conforme a este principio)

La santificación incluye una separación externa del creyente de todas las costumbres profanas del mundo y una transformación interior. 

En otros pasajes del NT este cambio se describe 
como un nuevo nacimiento Juan 3: 3), 
una resurrección (Rom. 6: 4, 11, 13),
 una nueva creación (2 Cor. 5: 17; Gál. 6: 15). 
Renovación de vuestro entendimiento.

 La facultad del razonamiento de la persona, su capacidad para discernir entre lo correcto y lo incorrecto, están bajo el dominio de impulsos carnales antes de la conversión. Se describe la mente como "mente carnal" (Col. 2: 18). Pero cuando ocurre la conversión, la mente queda sujeta a la influencia del Espíritu de Dios. El resultado es que "nosotros tenemos la mente de Cristo" 
(1 Cor. 2: 13-16). "Las palabras 'os daré corazón nuevo' significan 'os daré una mente nueva"' (EGW RH 18-12-1913). 

 La muerte de la vida antigua en la carne y el comienzo de la vida nueva en el Espíritu (Rom. 6: 3-13) se describen como "el lavamiento de la regeneración y. . . la renovación en el Espíritu Santo" (Tito 3: 5). Este cambio renovador, que comienza cuando el creyente se convierte y nace de nuevo, es una transformación progresiva y continua, pues "nuestro hombre... interior... se renueva de día en día" (2 Cor. 4: 16) "hasta el conocimiento pleno" (Col. 3: 10). Y a medida que el hombre interior se va transformando por el poder del Espíritu Santo, la vida exterior 613 también va cambiando progresivamente. La santificación de la mente se revelará en una manera más santa de vivir, a medida que el carácter de Cristo se reproduzca más y más perfectamente en el creyente (ver PVGM 69). 

COMPROBÉIS. Gr. dokimázÇ. Esta palabra implica probar y aprobar. Incluye el doble proceso de decidir qué es la voluntad de Dios y luego aprobarla y proceder de acuerdo con ella. 
(cf. Rom. 2: 18; Efe. 5: 10; Fil. 1: 10). 
Mediante la renovación de su mente, el creyente queda capacitado para saber lo que Dios quiere que haga. Tiene discernimiento espiritual para orientarse en medio de los múltiples posibles caminos que se presentan en este siglo malo. Como ya no tiene una mente carnal sino la mente de Cristo, está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, y de esa manera puede reconocer y entender la verdad (Juan 7: 17). 
Sólo la mente que ha sido renovada por el Espíritu Santo puede interpretar correctamente la Palabra de Dios. 
Las Escrituras inspiradas sólo pueden ser entendidas mediante el discernimiento que da el mismo Espíritu por el cual fueron dadas originalmente (ver Juan 16: 13-14; 1 Cor. 2: 10 -11; OE 312). 

 CUÁL SEA LA BUENA. Es posible traducir la última parte del versículo de esta manera: "De forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto" (BJ). De acuerdo con la traducción de la RVR, se describen las características de la voluntad de Dios; según la traducción de la BJ, el contenido de su voluntad. La diferencia esencial de significado es mínima. 

 3. DIGO, PUES.
Pablo ahora procede a demostrar los resultados prácticos de una mente renovada e iluminada. Primero habla de la humildad y de la cordura que convienen a un creyente consagrado y del uso adecuado de los dones espirituales para la edificación unificada de la iglesia. 

 POR LA GRACIA. Pablo habla en virtud de la autoridad que le fue conferida como apóstol para declarar la voluntad de Dios 
(ver Rom. 1: 5; 15: 15-16; 1 Cor. 3: 10; 15: 10; Gál. 2: 9; Efe. 3: 2, 7-8).  
A CADA CUAL. "A todos y a cada uno" (BJ). Con estas enfáticas palabras Pablo expresamente incluye a cada miembro de la iglesia de Roma, no importa cuán encumbrado fuera su cargo o cuán grande su Influencia. Quizá Pablo temía que los cristianos de Roma pudieran caer en la misma condición de presunción espiritual en que habían caído los creyentes de Corinto, desde cuya ciudad estaba escribiendo esta epístola (cf. 1 Cor. 1-5; 2 Cor. 10: 13). 

 QUE NO TENGA MÁS ALTO CONCEPTO. 
En griego hay un juego de palabras que no se puede reproducir fácilmente en castellano. La traducción literal poco más o menos sería: "no juzgarse más allá de lo que uno debe juzgarse sino juzgar para juzgar con sabiduría". Esta es una decidida admonición contra la presunción propia. Necesitamos llegar a conocer bien los puntos débiles y también los puntos fuertes de nuestro carácter para que podamos estar constantemente en guardia, no sea que emprendamos actividades o aceptemos responsabilidades que Dios nunca nos ha asignado (ver OE 334). 

 CORDURA. Gr. sÇfronéÇ, "tener sano juicio", "estar en sus cabales", "pensar con sabiduría". La persona altiva y presuntuosa no está bien equilibrada. La humildad es el efecto inmediato de la entrega a Dios y la consiguiente renovación de la mente. 
 El creyente consagrado reconoce su dependencia de la gracia de Dios por cada don espiritual del que pueda disfrutar, y esto no deja lugar para una indebida estima propia. El cristiano se estima con sensata discriminación y sano juicio. 

 LA MEDIDA DE FE. Esta es la verdadera norma por la cual el ser humano debe medirse a sí mismo. La persona cuya mente no ha sido renovada y que es carnal, se estima mediante las normas del mundo: por la riqueza, la posición o el conocimiento. Siempre se está esforzando por dar la impresión de que es más grande de lo que realmente es. Pero cuando interviene la fe y se renueva la mente, el creyente recibe la facultad para discernir las verdaderas limitaciones de sus capacidades. 

La fe le proporciona una nueva norma de medida para determinar con precisión la naturaleza y los alcances de sus capacidades, y por eso no se excede en lo que piensa de sí mismo. Comprende que mientras más grande sea su fe, mayor será su influencia espiritual y su poder. Pero esto no le enorgullecerá, pues mientras mayor sea su medida de fe más penetrante será la comprensión de su completa dependencia de Dios. CBA EGW MHP