miércoles, 31 de julio de 2019

CAPÍTULO 17. HERALDOS DEL EVANGELIO.

Basado en Hechos 13:4-52.

ENVIADOS ASÍ POR EL ESPÍRITU SANTO, PABLO Y BERNABÉ, Después De Su Ordenación Por Los Hermanos De Antioquía, "Descendieron A Seleucia: Y De Allí Navegaron A Cipro [Chipre]." Así Empezaron Los Apóstoles Su Primera Gira Misionera.

Chipre era uno de los lugares a los cuales los creyentes habían huído de Jerusalén por causa de la persecución que siguió a la muerte de Esteban. Y era desde Chipre de donde habían ido ciertos hombres a Antioquía, "anunciando el evangelio del Señor Jesús." (Hech. 11:20.) Bernabé mismo era "natural de Chipre" (Hech. 4:36); y ahora él y Pablo, acompañados por Juan Marcos, un pariente de Bernabé, visitaron ese país isleño.

La madre de Marcos se había convertido a la religión cristiana, y su casa en Jerusalén era un asilo para los discípulos. Allí estaban siempre seguros de ser bienvenidos y de gozar de un período de descanso. Fue en una de esas visitas de los apóstoles a la casa de su madre, cuando Marcos propuso a Pablo y Bernabé acompañarlos en su viaje misionero. Sentía la gracia de Dios en su corazón, y anhelaba dedicarse enteramente a la obra del ministerio evangélico.

AL LLEGAR A SALAMINA, LOS APÓSTOLES "anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los Judíos.... Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron un hombre mago, falso profeta, Judío, llamado Barjesús; el cual estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Este, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios. Más les resistía Elimas el encantador (que así se interpreta su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul." 136

Satanás no permite sin lucha que el reino de Dios se edifique en la tierra. Las huestes del mal están empeñadas en incesante guerra contra los agentes designados para la predicación del Evangelio; y estas potestades de las tinieblas están especialmente activas cuando se proclama la verdad ante hombres de reputación y genuina integridad.

ASÍ SUCEDIÓ CUANDO SERGIO PAULO, el procónsul de Chipre, escuchaba el mensaje evangélico. El procónsul había hecho llamar a los apóstoles para que se le enseñara el mensaje que habían venido a dar; y ahora las fuerzas del mal, obrando por medio del hechicero Elimas, trataron, con sus funestas sugestiones, de apartarlo de la fe y frustrar así el propósito de Dios.

Así el enemigo caído trabaja siempre por conservar en sus filas a los hombres de influencia que, si se convirtieran, podrían prestar eficaz servicio en la causa de Dios. Pero el fiel obrero evangélico no necesita temer ser derrotado por el enemigo; porque es su privilegio ser dotado de poder celestial para resistir toda influencia satánica.

AUNQUE PENOSAMENTE ACOSADO POR SATANÁS, Pablo tuvo valor para increpar a aquel por quien el enemigo estaba trabajando.  "Lleno del Espíritu Santo," el apóstol, "poniendo en él los ojos, dijo: Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? Ahora pues, he aquí la mano del Señor es contra ti, y serás ciego, que no veas el sol por tiempo. Y luego cayeron en él obscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quién le condujese por la mano. Entonces el procónsul, viendo lo que había sido hecho, creyó, maravillado de la doctrina del Señor."

EL ADIVINO HABÍA CERRADO LOS OJOS A LAS EVIDENCIAS DE LA VERDAD EVANGÉLICA; y el Señor, con justo enojo, cegó sus ojos naturales, privándolo de la luz del día. La ceguera no fue permanente, sino temporal, a fin de que le indujese a arrepentirse y a procurar perdón del Dios a quien había ofendido tan gravemente. La confusión en la cual se vio sumido anuló sus 137 sutiles artes contra las doctrinas de Cristo. El hecho de que se viera obligado a andar a tientas en su ceguera demostró a todos que los milagros que los apóstoles habían realizado, y que Elimas había denunciado como prestidigitación, eran producidos por el poder de Dios.

El Procónsul, Convencido De La Verdad De La Doctrina Que Enseñaban Los Apóstoles Aceptó El Evangelio.

ELIMAS No Era Un Hombre Instruido; Sin Embargo Era Singularmente Apto Para Hacer La Obra De Satanás.

Aquellos que predican la verdad de Dios encontrarán al astuto enemigo en muchas formas diferentes. A veces será en la persona de los instruídos, pero más a menudo en la de ignorantes a quienes Satanás adiestró como instrumentos eficaces para engañar a las almas. Es el deber del ministro de Cristo permanecer fiel en su puesto, en el temor de Dios y en el poder de su fortaleza. Así puede confundir a las huestes de Satanás y triunfar en el nombre del Señor.

PABLO Y SUS COMPAÑEROS CONTINUARON VIAJE A PERGA DE PANFILIA. Su camino era penoso; afrontaban adversidades y privaciones, y estaban acosados por peligros por doquiera. En los pueblos y ciudades por los cuales pasaban y a lo largo de los caminos solitarios, estaban rodeados de peligros visibles e invisibles. Pero Pablo y Bernabé habían aprendido a confiar en el poder libertador de Dios. Sus corazones estaban llenos de ferviente amor por las almas que perecían. Como fieles pastores que buscaban las ovejas perdidas, no pensaban en su propia comodidad y conveniencia. Olvidándose de sí mismos, no vacilaban frente al cansancio, el hambre y el frío. No tenían sino un objetivo en vista: la salvación de aquellos que se habían apartado lejos del redil.

ALLÍ FUE DONDE MARCOS, ABRUMADO POR EL TEMOR Y EL DESALIENTO, Vaciló por un tiempo en su propósito de entregarse de todo corazón a la obra del Señor. No acostumbrado a las penurias, se desalentó por los peligros y las privaciones del camino. Había trabajado con éxito en circunstancias favorables; pero 138 ahora, en medio de la oposición y los peligros que con tanta frecuencia asedian al obrero de avanzada, no supo soportar las durezas como buen soldado de la cruz. Tenía todavía que aprender a arrostrar el peligro, la persecución y la adversidad con corazón valiente. Al avanzar los apóstoles, y al sentir la aprensión de dificultades aún mayores, Marcos se intimidó, y perdiendo todo valor, se negó a avanzar, y volvió a Jerusalén.

ESTA DESERCIÓN INDUJO A PABLO A Juzgar Desfavorable Y Aun Severamente Por Un Tiempo A Marcos. Bernabé, por otro lado, se inclinaba a excusarlo por causa de su inexperiencia. Anhelaba que Marcos no abandonase el ministerio, porque veía en él cualidades que le habilitarían para ser un obrero útil para Cristo. En años ulteriores su solicitud por Marcos fue ricamente recompensada; porque el joven se entregó sin reservas al Señor y a la obra de predicar el mensaje evangélico en campos difíciles. Bajo la bendición de Dios y la sabia enseñanza de Bernabé, se transformó en un valioso obrero.

Pablo Se Reconcilió Más Tarde Con Marcos, y le recibió como su colaborador. También lo recomendó a los colosenses como colaborador "en el reino de Dios," y uno que me ha "sido consuelo." (Col. 4:11.) De nuevo, no mucho antes de su muerte, habló de Marcos como uno que le era "útil para el ministerio." (2 Tim: 4:11.)

DESPUÉS DE LA PARTIDA DE MARCOS, PABLO Y BERNABÉ VISITARON ANTIOQUÍA DE PISIDIA, y el sábado fueron a la sinagoga de los judíos, y se sentaron. "Después de la lectura de la ley y de los profetas, los príncipes de la sinagoga enviaron a ellos, diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad." Al ser invitado así a hablar, "Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dice: Varones Israelitas, y los que teméis a Dios, oíd."

ENTONCES PRONUNCIÓ UN MARAVILLOSO DISCURSO. Historió la manera en que el Señor había tratado con los judíos desde el tiempo de la liberación de la esclavitud egipcia, y cómo se había prometido un Salvador, de la simiente de David; y osadamente declaró que 139 "de la simiente de éste, Dios, conforme a la promesa, levantó a Jesús por Salvador a Israel; predicando Juan delante de la faz de su venida el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. Mas como Juan cumpliese su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí, viene tras mí uno, cuyo calzado de los pies no soy digno de desatar." Así predicó con poder a Jesús como el Salvador de los hombres, el Mesías de la profecía.

HABIENDO HECHO ESTA DECLARACIÓN PABLO DIJO: "Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temen a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salud. Porque los que habitaban en Jerusalem, y sus príncipes, no conociendo a éste, y las voces de los profetas que se leen todos los sábados, condenándole, las cumplieron."

PABLO NO VACILÓ EN DECIR Claramente La Verdad Acerca Del Rechazamiento Del Salvador Por Los Dirigentes Judíos. "Y sin hallar en él causa de muerte ­declaró el apóstol,­ pidieron a Pilato que le matasen. Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro. Mas Dios le levantó de los muertos. Y él fue visto por muchos días de los que habían subido juntamente con él de Galilea a Jerusalem, los cuales son sus testigos al pueblo.

"Y NOSOTROS TAMBIÉN OS ANUNCIAMOS EL EVANGELIO ­Continuó El Apóstol,­ de aquella promesa que fue hecha a los padres, la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús: como también en el salmo segundo está escrito: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy. Y que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, así lo dijo: Os daré las misericordias fieles de David. Por eso dice también en otro lugar: No permitirás que tu Santo vea corrupción. Porque a la verdad David, habiendo servido en su edad a la voluntad de Dios, durmió, y fue juntado con sus padres, y vio corrupción. Mas aquel que Dios levantó, no vio corrupción."

Y LUEGO, HABIENDO HABLADO CLARAMENTE del cumplimiento 140 de profecías familiares concernientes al Mesías, Pablo les predicó el arrepentimiento y la remisión del pecado por los méritos de Jesús su Salvador. "Séaos pues notorio ­dijo,­ que por éste os es anunciada remisión de pecados; y de todo lo que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en éste es justificado todo aquel que creyere."

El Espíritu De Dios Acompañó Las Palabras Que Fueron Habladas, Y Fueron Tocados Los Corazones.

EL APÓSTOL APELÓ A LAS PROFECÍAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO, y su declaración de que éstas se habían cumplido en el ministerio de Jesús de Nazaret, convenció a muchos, que anhelaban el advenimiento del Mesías prometido. Y las palabras de seguridad del orador de que "el evangelio" de la salvación era para judíos y gentiles por igual, infundió esperanza y gozo a aquellos que no se contaban entre los hijos de Abrahán según la carne. "Y saliendo ellos de la sinagoga de los Judíos, los Gentiles les rogaron que el sábado siguiente les hablasen estas palabras." Habiéndose disuelto finalmente la congregación, "muchos de los Judíos y de los religiosos prosélitos," que habían aceptado las buenas nuevas que se les dieron ese día, "siguieron a Pablo y Bernabé; los cuales hablándoles, les persuadían que permaneciesen en la gracia de Dios."

EL INTERÉS QUE DESPERTÓ EN ANTIOQUÍA DE PISIDIA EL DISCURSO DE PABLO, reunió, el sábado siguiente, "casi toda la ciudad a oír la palabra de Dios. Mas los Judíos, visto el gentío, llenáronse de celo, y se oponían a lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. 

"Entonces Pablo y Bernabé, usando de libertad, dijeron: A vosotros a la verdad era menester que se os hablase la palabra de Dios; mas pues que la desecháis, y os juzgáis indignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los Gentiles.  Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los Gentiles, para que seas salud hasta lo postrero de la tierra”.

"Y los Gentiles oyendo esto, fueron gozosos, y glorificaban la palabra del Señor: y creyeron todos los que estaban ordenados 141 para vida eterna." 

Se regocijaron sobremanera porque Cristo los reconocía como hijos de Dios, y con corazones agradecidos escucharon la palabra predicada. Los que creyeron fueron celosos en comunicar a otros el mensaje evangélico, y así "la palabra del Señor era sembrada por toda aquella provincia."

SIGLOS ANTES, La Pluma De La Inspiración Había Descrito Esta Cosecha De Los Gentiles; Pero Esas Declaraciones Proféticas Se Habían Entendido Sólo Obscuramente.

OSEAS HABÍA DICHO: "Sin embargo, . . . el número de los hijos de Israel será como las arenas del mar, que no pueden ser medidas ni contadas: y acontecerá que en el lugar donde les fue dicho: No sois mi pueblo, les será dicho: ¡Hijos sois del Dios vivo!" Y en otro lugar: "Te sembraré para mí mismo en la tierra; y me compadeceré de la no compadecida, y al que dije que no era mi pueblo, le diré: ¡Pueblo mío eres! y él me dirá a mí: ¡Tú eres mi Dios!" (Os. 1: 10; 2: 23, V.M.)

EL SALVADOR MISMO, Durante Su Ministerio Terrenal, Predijo La Difusión Del Evangelio Entre Los Gentiles. En la parábola de la viña, declaró a los impenitentes judíos: "El reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que haga los frutos de él." (Mat. 21: 43.) Y después de su resurrección, comisionó a sus discípulos a ir "por todo el mundo," y doctrinar "a todos los Gentiles." No debían dejar a nadie sin amonestar, sino que habían de predicar "el evangelio a toda criatura." (Mat. 28:19; Mar. 16:15.)

AL VOLVERSE A LOS GENTILES EN ANTIOQUÍA DE PISIDIA, PABLO Y BERNABÉ No Dejaron de trabajar por los judíos dondequiera que tuviesen oportunidad de hacerse oír. Más tarde, en Tesalónica, en Corinto, en Éfeso y en otros centros importantes, Pablo y sus compañeros de labor predicaron el Evangelio tanto a los judíos como a los gentiles. Pero sus mejores energías se dirigieron desde entonces a la edificación del reino de Dios en territorio pagano, entre pueblos que no tenían sino poco o ningún conocimiento del verdadero Dios y de su Hijo. 142

El corazón de Pablo y de sus colaboradores suspiraba por aquellos que estaban "sin Cristo, alejados de la república de Israel, y extranjeros a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo." Mediante el incansable ministerio de los apóstoles de los gentiles, los "extranjeros" y "advenedizos," que "en otro tiempo" estaban "lejos," supieron que habían "sido hechos cercanos por la sangre de Cristo," y que por la fe en su sacrificio expiatorio, podían llegar a ser "juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios." (Efe. 2:12,13,19.)

AVANZANDO POR LA FE, Pablo trabajaba incesantemente por la edificación del reino de Dios entre aquellos que habían sido descuidados por los maestros de Israel. Exaltaba constantemente a Cristo Jesús como "Rey de reyes, y Señor de señores," y exhortaba a los que creían a ser "arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe." (1 Ti. 6:15; Col. 2:7.)

PARA LOS QUE CREEN, Cristo es un fundamento seguro. Sobre esta piedra viva, pueden edificar igualmente judíos y gentiles. Es bastante ancho para todos, y bastante fuerte para sostener el peso y la carga de todo el mundo. Este es un hecho claramente reconocido por Pablo mismo.

EN LOS DÍAS FINALES DE SU MINISTERIO, cuando al dirigirse a un grupo de gentiles creyentes que habían permanecido firmes en su amor a la verdad del Evangelio, el apóstol escribió que estaban "edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo." (Efe. 2:19,20.)

CUANDO EL MENSAJE EVANGÉLICO SE EXTENDIÓ EN PISIDIA, Los Judíos Incrédulos De Antioquía, cegados por el prejuicio, "concitaron mujeres pías y honestas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé y los echaron" de aquel distrito.

LOS APÓSTOLES NO SE DESANIMARON POR ESTE TRATO; recordaron las palabras del Señor: "Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. Gozaos y alegraos; porque vuestra 143 merced es grande en los cielos: que así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros." (Mat. 5:11,12.)

EL MENSAJE EVANGÉLICO AVANZABA, y los apóstoles tenían plena razón para sentirse animados. Sus labores habían sido ricamente bendecidas entre los de Pisidia que vivían en Antioquía, y los creyentes a quienes habían dejado solos para continuar la obra durante un tiempo, "estaban llenos de gozo, y del Espíritu Santo." 144

Los Hechos De Los Apóstoles En La Proclamación 

Del Evangelio De Jesucristo. (EGW). MHP


viernes, 26 de julio de 2019

CAPÍTULO 16. EL EVANGELIO EN ANTIOQUÍA.

Basado en Hechos 11:19-26; 13:1-3. 

DESPUÉS QUE LOS DISCÍPULOS FUERON EXPULSADOS DE JERUSALÉN POR LA PERSECUCIÓN, el mensaje evangélico se difundió rápidamente por las comarcas limítrofes de Palestina, y en importantes poblaciones se constituyeron pequeñas compañías de creyentes. Algunos de los discípulos "fueron hasta Fenicia, y Chipre, y Antioquía, predicando la palabra." (V.M.) Sus labores se limitaban por lo general a los judíos hebreos y griegos, de los cuales había entonces grandes colonias en casi todas las ciudades del mundo.

Entre los lugares mencionados donde el Evangelio fue recibido con regocijo, está Antioquía, entonces capital de Siria. El extenso comercio de aquel populoso centro atraía mucha gente de diversas nacionalidades. Al mismo tiempo, Antioquía era favorablemente conocida como punto de reunión para los amantes de la comodidad y el placer, por causa de su situación saludable, de hermosos alrededores y de la riqueza, la cultura y el refinamiento que allí se hallaban. En los días de los apóstoles, había llegado a ser una ciudad de lujo y vicio.

El Evangelio fue públicamente enseñado en Antioquía por ciertos discípulos de Chipre y Cirene, quienes entraron "anunciando el evangelio del Señor Jesús." "Y la mano del Señor era con ellos;" su fervorosa labor producía fruto, pues "creyendo, gran número se convirtió al Señor."

"Y llegó la fama de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalem; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía." Al llegar a su nuevo campo de labor, Bernabé vio la obra hecha allí por la gracia divina, y "regocijose; y 127 exhortó a todos a que permaneciesen en el propósito del corazón en el Señor."

LA OBRA DE BERNABÉ EN ANTIOQUÍA FUE COPIOSAMENTE BENDECIDA y aumentó allí muchísimo el número de fieles. Al prosperar la obra, sintió Bernabé la necesidad de ayuda conveniente a fin de avanzar por las puertas abiertas por la providencia de Dios; y así se fue a Tarso en busca de Pablo quien, después de salir de Jerusalén algún tiempo antes, había estado trabajando en las comarcas de "Siria y de Cilicia," anunciando "la fe que en otro tiempo destruía." (Gál. 1:21,23.) Bernabé encontró a Pablo y le persuadió a que volviese con él como su compañero en el ministerio.

EN LA POPULOSA CIUDAD DE ANTIOQUÍA, HALLÓ PABLO UN EXCELENTE CAMPO DE LABOR. Su erudición, sabiduría y celo influyeron poderosamente en los vecinos y forasteros de aquella culta ciudad, de manera que Pablo proporcionó precisamente la ayuda que Bernabé necesitaba. Durante un año trabajaron ambos discípulos unidos en fiel ministerio, comunicando a muchos el salvador conocimiento de Jesús de Nazaret, el Redentor del mundo.

FUE EN ANTIOQUÍA DONDE LOS DISCÍPULOS FUERON LLAMADOS POR PRIMERA VEZ CRISTIANOS. El nombre les fue dado porque Cristo era el tema principal de su predicación, su enseñanza y su conversación. Continuamente volvían a contar los incidentes que habían ocurrido durante los días de su ministerio terrenal, cuando los discípulos eran bendecidos con su presencia personal. Se explayaban incansablemente en sus enseñanzas y en sus milagros de sanidad. Con labios temblorosos y ojos llenos de lágrimas hablaban de su agonía en el jardín, su traición, su juicio, y su ejecución, de la paciencia y humildad con que había soportado el ultraje y la tortura que le habían impuesto sus enemigos, y la piedad divina con que había orado por aquellos que lo perseguían. Su resurrección y ascensión, su obra en el cielo como el mediador del hombre caído, eran temas en los cuales se gozaban en explayarse.

BIEN PODÍAN LOS PAGANOS 128 LLAMARLOS CRISTIANOS, siendo que predicaban a Cristo, y dirigían sus oraciones al Padre por medio de él. Fue Dios el que les dio el nombre de cristianos. Este es un nombre real, que se da a todos los que se unen con Cristo. En cuanto a este nombre Santiago escribió más tarde: "¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los juzgados? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?" (Sant. 2:6,7.) Y Pedro declaró: "Si alguno padece como Cristiano, no se avergüence; antes glorifique a Dios en esta parte." "Si sois vituperados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados; porque la gloria y el Espíritu de Dios reposan sobre vosotros." (1 Ped. 4:16,14.)

LOS CREYENTES DE ANTIOQUÍA comprendían que Dios estaba dispuesto a obrar en sus vidas "el querer como el hacer, por su buena voluntad." (Fil. 2:13.) Mientras vivían en medio de un pueblo que parecía preocuparse poco por las cosas de valor eterno, trataban de dirigir la atención de los de corazón sincero, y dar testimonio positivo de Aquel a quien amaban y servían. En su humilde ministerio, aprendieron a depender del poder del Espíritu Santo para hacer eficaz la palabra de vida. Y así, en las diversas ocupaciones de la vida, daban testimonio diariamente de su fe en Cristo.

EL EJEMPLO DE LOS SEGUIDORES DE CRISTO EN ANTIOQUÍA debería constituir una inspiración para todo creyente que vive en las grandes ciudades del mundo hoy. Aunque es plan de Dios que escogidos y consagrados obreros de talento se establezcan en los centros importantes de población para dirigir esfuerzos públicos, es también su propósito que los miembros de la iglesia que viven en esas ciudades usen los talentos que Dios les ha dado trabajando por las almas.

Hay en reserva ricas bendiciones para los que se entreguen plenamente al llamamiento de Dios. Mientras esos obreros se esfuercen por ganar almas para Jesús, hallarán que muchos que nunca hubieran sido alcanzados de otra manera están listos para responder al esfuerzo personal inteligente. 129

LA CAUSA DE DIOS En La Tierra Necesita Hoy Día Representantes Vivos De La Verdad Bíblica. Los ministros ordenados solos no pueden hacer frente a la tarea de amonestar a las grandes ciudades. Dios llama no solamente a ministros, sino también a médicos, enfermeros, colportores, obreros bíblicos, y a otros laicos consagrados de diversos talentos que conocen la Palabra de Dios y el poder de su gracia, y los invita a considerar las necesidades de las ciudades sin amonestar. El tiempo pasa rápidamente, y hay mucho que hacer. Deben usarse todos los agentes, para que puedan ser sabiamente aprovechadas las oportunidades actuales.

LAS LABORES DE PABLO EN ANTIOQUÍA, EN UNIÓN CON BERNABÉ, le fortalecieron en su convicción de que el Señor le había llamado a hacer una obra especial en el mundo gentil. En ocasión de la conversión de Pablo, el Señor había declarado que había de ser ministro a los gentiles, para abrir "sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados y suerte entre los santificados." (Hech. 26:18.)

El ángel que le apareció a Ananías le había dicho de Pablo: "Instrumento escogido me es éste, para que lleve mi nombre en presencia de los Gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel." (Hech. 9:15.) Y Pablo mismo, más tarde en su vida cristiana, mientras oraba en el templo de Jerusalén, había sido visitado por un ángel del cielo, que le ordenó: "Ve, porque yo te tengo que enviar lejos a los Gentiles." (Hech. 22:21.)

ASÍ EL SEÑOR HABÍA MANDADO A PABLO Que Entrase En El Vasto Campo Misionero Del Mundo Gentil.  A fin de prepararlo para esta extensa y difícil tarea, Dios le había atraído en estrecha comunión consigo y había abierto ante su arrobada visión las bellezas y glorias del cielo. Se le había confiado el ministerio de hacer conocer el "misterio" que había estado "encubierto desde los tiempos eternos," "el misterio de su voluntad, . . . el cual misterio en los otros siglos no se dio a conocer a los hijos de los hombres como ahora es revelado a sus santos apóstoles y 130 profetas en el Espíritu: Que los Gentiles sean juntamente herederos, e incorporados, y consortes de su promesa en Cristo por el evangelio: 

Del cual ­declara Pablo, ­ yo soy hecho ministro. . . A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, es dada esta gracia de anunciar entre los Gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que crió todas las cosas. Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora notificada por la iglesia a los principados y potestades en los cielos, conforme a la determinación eterna, que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor." (Rom. 16:25; Efe: 1:9; 3:5-11.)

DIOS HABÍA BENDECIDO ABUNDANTEMENTE LAS LABORES DE PABLO Y BERNABÉ durante el año que permanecieron con los creyentes de Antioquía. Pero ni uno ni otro había sido ORDENADO todavía formalmente para el ministerio evangélico. Habían llegado a un punto en su experiencia cristiana cuando Dios estaba por encomendarles el cumplimiento de una empresa misionera difícil en cuya prosecución necesitarían todos los beneficios que pudieran obtenerse por medio de la iglesia.

"Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y doctores: Bernabé, y Simón el que se llamaba Níger, y Lucio Cireneo, y Manahén, . . . y Saulo. Ministrando pues éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra para la cual los he llamado." Antes de ser enviados como misioneros al mundo pagano, estos apóstoles fueron dedicados solemnemente a Dios con ayuno y oración por la imposición de las manos. Así fueron autorizados por la iglesia, no solamente para enseñar la verdad, sino para cumplir el rito del bautismo, y para organizar iglesias, siendo investidos con plena autoridad eclesiástica.

LA IGLESIA CRISTIANA ESTABA ENTRANDO ENTONCES EN UNA ERA IMPORTANTE. La obra de proclamar el mensaje evangélico a los gentiles había de proseguirse ahora con vigor; y como resultado la iglesia iba a ser fortalecida por una gran cosecha de 131 almas. Los apóstoles que habían sido designados para dirigir esta obra iban a exponerse a la suspicacia, los prejuicios y los celos.

SUS ENSEÑANZAS CONCERNIENTES AL DERRIBAMIENTO DE "La Pared Intermedia De Separación" (Efe. 2:14), que tanto tiempo había separado al mundo judío del gentil, iba a hacerlos objeto naturalmente de la acusación de herejía; y su autoridad como ministros del Evangelio iba a ser puesta en duda por muchos celosos creyentes judíos. 

Dios previó las dificultades que sus siervos estarían llamados a afrontar; y a fin de que su trabajo pudiera estar por encima de toda crítica, indicó a la iglesia por revelación que se los apartara públicamente para la obra del ministerio. Su ordenación fue un reconocimiento público de su elección divina para llevar a los gentiles las alegres nuevas del Evangelio.

TANTO PABLO COMO BERNABÉ habían recibido ya su comisión de Dios mismo, y la ceremonia de la imposición de las manos No Añadía Ninguna Gracia O Cualidad Virtual. Era una forma reconocida de designación para un cargo señalado, y un reconocimiento de la autoridad de uno para ese cargo. Por ella se colocaba el sello de la iglesia sobre la obra de Dios.

PARA LOS JUDÍOS, esta forma era significativa. Cuando un padre judío bendecía a sus hijos, colocaba sus manos reverentemente sobre su cabeza. Cuando se dedicaba un animal al sacrificio, uno investido de autoridad sacerdotal colocaba su mano sobre la cabeza de la víctima. Y cuando los ministros de la iglesia de Antioquía colocaron sus manos sobre Pablo y Bernabé, pidieron a Dios, por ese acto, que concediera su bendición a los apóstoles escogidos, en la devoción de éstos a la obra específica para la cual habían sido designados.

ULTERIORMENTE, EL RITO DE LA ORDENACIÓN POR LA IMPOSICIÓN DE LAS MANOS FUE GRANDEMENTE PROFANADO; se le atribuía al acto una importancia infundada, como si sobre aquellos que recibían esa ordenación descendiera un poder que los calificaba inmediatamente para todo trabajo ministerial. Pero en el relato del apartamiento de esos dos apóstoles no hay indicación 132 de que ninguna virtud les fue impartida por el mero acto de imponerles las manos. Se menciona simplemente su ordenación y la relación que ésta tenía con su futura obra.

LAS CIRCUNSTANCIAS RELACIONADAS CON LA SEPARACIÓN DE PABLO Y BERNABÉ POR EL ESPÍRITU SANTO para una clase definida de servicio, muestran claramente que el Señor obra por medio de los agentes señalados en su iglesia organizada. Años antes, cuando el Salvador mismo reveló a Pablo el propósito divino para con él, lo puso inmediatamente en relación con los miembros de la recién organizada iglesia de Damasco. Además, la iglesia de ese lugar no fue dejada mucho tiempo a obscuras respecto a la experiencia personal del fariseo convertido. Y ahora, cuando la comisión divina dada en aquel tiempo había de realizarse más plenamente, el Espíritu Santo, dando testimonio de nuevo concerniente a Pablo como vaso escogido para llevar el Evangelio a los gentiles, confió a la iglesia la obra de ordenarlo a él y a su colaborador. Mientras los dirigentes de la iglesia de Antioquía estaban "ministrando . . . al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra para la cual los he llamado."

DIOS HA CONSTITUIDO A SU IGLESIA EN LA TIERRA EN UN CANAL DE LUZ, y por su medio comunica sus propósitos y su voluntad. El no dará a uno de sus siervos una experiencia independiente de la iglesia y contraria a la experiencia de ella. No da a conocer a un hombre su voluntad para toda la iglesia, mientras la iglesia ­el cuerpo le Cristo­ sea dejada en tinieblas. En su providencia, coloca a sus siervos en estrecha relación con su iglesia, a fin de que tengan menos confianza en sí mismos y mayor confianza en otros a quienes él está guiando para hacer adelantar su obra.

SIEMPRE HA HABIDO EN LA IGLESIA QUIENES SE INCLINAN CONSTANTEMENTE A LA INDEPENDENCIA INDIVIDUAL. Parecen incapaces de comprender que la independencia de espíritu puede inducir al agente humano a tener demasiada confianza en sí mismo, y a confiar en su propio juicio más bien que respetar el consejo y 133 estimar debidamente el juicio de sus hermanos, especialmente de aquellos que ocupan los puestos que Dios ha señalado para la dirección de su pueblo. Dios ha investido a su iglesia con especial autoridad y poder, que nadie tiene derecho de desatender y despreciar; porque el que lo hace desprecia la voz de Dios.

LOS QUE SE INCLINAN A CONSIDERAR SU JUICIO INDIVIDUAL COMO SUPREMO ESTÁN EN GRAVE PELIGRO. Es un plan estudiado de Satanás separarlos de aquellos que son canales de luz y por medio de quienes Dios ha obrado para unificar y extender su obra en la tierra. Descuidar o despreciar a aquellos a quienes Dios ha señalado para llevar las responsabilidades de la dirección en relación con el avance de la verdad, es rechazar los medios que ha dispuesto para ayudar, animar y fortalecer a su pueblo.

El que cualquier obrero de la causa de Dios pase por alto a los tales y piense que la luz divina no puede venir por ningún otro medio que directamente de Dios, es colocarse en una posición donde está expuesto a ser engañado y vencido por el enemigo.

El Señor en su sabiduría ha dispuesto que por medio de la estrecha relación que deberían mantener entre sí todos los creyentes, un cristiano esté unido a otro cristiano, y una iglesia a otra iglesia. Así el instrumento humano será capacitado para cooperar con el divino. Todo agente ha de estar subordinado al Espíritu Santo, y todos los creyentes han de estar unidos en un esfuerzo organizado y bien dirigido para dar al mundo las alegres nuevas de la gracia de Dios.

PABLO CONSIDERÓ LA OCASIÓN DE SU ORDENACIÓN FORMAL como el punto de partida que marcaba una nueva e importante época de su vida. Y desde esa ocasión hizo arrancar más tarde el comienzo de su apostolado en la iglesia cristiana.

MIENTRAS LA LUZ DEL EVANGELIO BRILLABA CON ESPLENDOR EN ANTIOQUÍA, los apóstoles que habían quedado en Jerusalén continuaban haciendo una obra importante. Cada año, en el tiempo de las fiestas, muchos judíos de todos los países iban a Jerusalén para adorar en el templo. Algunos de esos peregrinos 134 eran hombres de piedad ferviente y fervorosos estudiantes de las profecías. Estaban aguardando y ansiando el advenimiento del Mesías prometido, la esperanza de Israel. Mientras Jerusalén estaba llena de esos forasteros, los apóstoles predicaban a Cristo con denodado valor, aunque sabían que al hacerlo estaban arriesgando constantemente la vida. El Espíritu de Dios puso su sello sobre sus labores; se obtuvieron muchos conversos a la fe; y éstos, al volver a sus hogares en diversas partes del mundo, diseminaban las semillas de verdad en todas las naciones, y entre todas las clases de la sociedad.

ENTRE LOS APÓSTOLES que se ocupaban en esta obra, se destacaban Pedro, Santiago y Juan, quienes creían que Dios los había señalado para predicar a Cristo entre sus paisanos. Trabajaban fiel y sabiamente, dando testimonio de las cosas que habían visto y oído; y apelando a la "palabra profética más permanente" (2 Ped. 1: 19), esforzábanse por persuadir a "la casa de Israel . . . que a este Jesús que" los judíos habían rechazado, Dios había "hecho Señor y Cristo." (Hech. 2:36.) 135

Los Hechos De Los Apóstoles En La Proclamación 

Del Evangelio De Jesucristo. (EGW). MHP



lunes, 22 de julio de 2019

CAPÍTULO 15. LIBRADO DE LA CÁRCEL.

Basado en Hechos 12:1-23.

"Y EN el mismo tiempo el rey Herodes echó mano a maltratar algunos de la iglesia."

EL GOBIERNO DE JUDEA ESTABA ENTONCES EN MANOS DE HERODES AGRIPA, bajo Claudio, emperador romano. Herodes ocupaba también el puesto de tetrarca de Galilea. Profesaba ser prosélito de la fe judaica, y aparentaba mucho celo por seguir las ceremonias de la ley judaica. Deseoso de obtener el favor de los judíos, y con la esperanza de asegurarse así sus cargos y honores, procedió a llevar a cabo los deseos de ellos persiguiendo a la iglesia de Cristo, despojando de casas y bienes a los creyentes, y encarcelando a los principales miembros de la iglesia. Encarceló a Jacobo, hermano de Juan, y mandó al verdugo matarlo a espada, como otro Herodes lo había hecho con el profeta Juan. Viendo que tales esfuerzos agradaban a los judíos, encarceló también a Pedro.

ESTAS CRUELDADES SE PRACTICARON DURANTE LA PASCUA. Mientras los judíos estaban celebrando su liberación de Egipto, y aparentando gran celo por la ley de Dios, estaban al mismo tiempo transgrediendo todos los principios de esa ley, persiguiendo y asesinando a los creyentes en Cristo.

La muerte de Jacobo causó gran pesar y consternación entre los creyentes. Cuando Pedro también fue encarcelado, toda la iglesia se puso a orar y ayunar.

EL ACTO DE HERODES AL DAR MUERTE A JACOBO FUE APLAUDIDO POR LOS JUDÍOS, aunque algunos se quejaron de la manera privada en que se había llevado a cabo, aseverando que una ejecución pública habría intimidado más cabalmente a los creyentes y 117 a quienes simpatizaban con ellos. Herodes, por lo tanto, siguió custodiando a Pedro con la intención de complacer aún más a los judíos con el espectáculo público de su muerte. Pero hubo quienes sugirieron que no sería cosa segura sacar al veterano apóstol para ejecutarlo públicamente en Jerusalén. Temían que al verlo ir a la muerte, la multitud se compadeciese de él.

LOS SACERDOTES Y ANCIANOS TEMÍAN TAMBIÉN QUE PEDRO hiciese uno de esos poderosos llamamientos que con frecuencia habían incitado al pueblo a estudiar la vida y el carácter de Jesús, llamamientos que ellos no habían podido rebatir con todos sus argumentos. El celo de Pedro en defensa de la causa de Cristo había inducido a muchos a decidirse por el Evangelio, y los magistrados temían que si se le daba oportunidad de defender su fe en presencia de la multitud que había acudido a la ciudad para adorar, su liberación sería exigida al rey.

MIENTRAS QUE POR DIVERSOS PRETEXTOS LA EJECUCIÓN DE PEDRO FUE POSTERGADA hasta después de la Pascua, los miembros de la iglesia tuvieron tiempo para examinar profundamente sus corazones y orar con fervor. Oraban sin cesar por Pedro; porque les parecía que la causa no podría pasarlo sin él. Se daban cuenta de que habían llegado a un punto en que sin la ayuda especial de Dios, la iglesia de Cristo sería destruida.

Mientras Tanto, Los Adoradores De Todas Las Naciones Buscaban El Templo Que Había Sido Dedicado Al Culto De Dios. Resplandeciente con oro y piedras preciosas, ofrecía una vista de belleza y magnificencia. Pero Jehová no se hallaba más en ese hermoso palacio. Israel como nación se había divorciado de Dios. Cuando Cristo, casi al fin de su ministerio terrenal, miró por última vez el interior del templo, dijo: "He aquí vuestra casa os es dejada desierta." (Mat. 23:38.) Hasta entonces había llamado al templo la casa de su Padre, pero cuando el Hijo de Dios salió de sus muros, la presencia de Dios fue quitada para siempre del templo edificado a su gloria.

FINALMENTE FUE SEÑALADO EL DÍA DE LA EJECUCIÓN DE PEDRO, pero las oraciones de los creyentes siguieron ascendiendo al 118 cielo; y mientras que todas sus energías y simpatías se expresaban en fervientes pedidos de ayuda los ángeles de Dios velaban sobre el encarcelado apóstol. Recordando cómo en ocasión anterior los apóstoles habían escapado de la cárcel, Herodes había tomado esta vez dobles precauciones. Para evitar toda posibilidad de que se lo libertase, se había puesto a Pedro bajo la custodia de dieciséis soldados que, en diversas guardias, cuidaban de él día y noche. En su celda, había sido colocado entre dos soldados, y estaba ligado por dos cadenas, aseguradas a la muñeca de ambos soldados. No podía moverse sin que ellos lo supieran.  Manteniendo las puertas cerradas con toda seguridad y delante de ellas una fuerte guardia, se había eliminado toda oportunidad de escapar por medios humanos.

Pero La Situación Extrema Del Hombre Es La Oportunidad De Dios.

PEDRO ESTABA ENCERRADO EN UNA CELDA CORTADA EN LA PEÑA VIVA, cuyas puertas se hallaban atrancadas con fuertes cerrojos y barras; y los soldados de guardia eran responsables de la custodia de su preso. Pero los cerrojos y las barras y la guardia romana, que eliminaban eficazmente toda posibilidad de ayuda humana, estaban destinados a hacer más completo el triunfo de Dios en la liberación de Pedro. Herodes estaba alzando la mano contra el Omnipotente, y había de resultar totalmente derrotado.  Por la manifestación de su poder, Dios iba a salvar la preciosa vida que los judíos se proponían quitar. Llega la noche precedente a la propuesta ejecución.

UN PODEROSO ÁNGEL ES ENVIADO DEL CIELO PARA RESCATAR A PEDRO. Las pesadas puertas que guardan al santo de Dios se abren sin ayuda de manos humanas. Pasa el ángel del Altísimo, y las puertas se cierran sin ruido tras él. Entra en la celda, donde yace Pedro, durmiendo el apacible sueño de la confianza perfecta.

La luz que rodea al ángel llena la celda, pero no despierta al apóstol. Antes de sentir el toque de la mano angélica y oír una voz que le dice: "Levántate prestamente," no se despierta 119 lo suficiente para ver su celda iluminada por la luz del cielo, y a un ángel de gran gloria de pie delante de él. Mecánicamente obedece a lo que se le dice, y mientras se levanta y alza las manos, se da vagamente cuenta de que las cadenas han caído de sus muñecas.

La Voz Del Mensajero Celestial Le Vuelve A Decir: "Cíñete, Y Átate Tus Sandalias," y Pedro vuelve a obedecer mecánicamente, con la asombrada mirada fija en el visitante, y creyendo estar soñando o en visión. Una vez más el ángel ordena: "Rodéate tu ropa, y sígueme." Se dirige hacia la puerta, seguido por Pedro, tan locuaz de costumbre, ahora mudo de asombro. Pasan por encima de la guardia, y llegan a la pesada puerta cerrada con cerrojos, la cual se abre de por sí, y vuelve a cerrarse inmediatamente, mientras que los guardias de adentro y afuera están inmóviles en sus puestos.

Llegan A La Segunda Puerta, También Guardada De Adentro Y De Afuera. Se abre como la primera, sin chirrido de goznes, ni ruido de cerrojos. Ellos pasan, y vuelve a cerrarse silenciosamente. De la misma manera pasan por la tercera puerta, y se encuentran en la calle abierta. Ni una palabra es pronunciada; ni se oyen pisadas. El ángel se desliza adelante, rodeado de un deslumbrante esplendor, y Pedro, aturdido, y creyendo aun que está soñando, sigue a su libertador. Así pasan por una calle, y luego, cumplida la misión del ángel, éste desaparece súbitamente.

La Luz Celestial Se Desvanece, Y Pedro Se Encuentra En Profundas Tinieblas; pero a medida que sus ojos se acostumbran a ellas, éstas parecen disminuir gradualmente, y descubre que se halla solo en la calle silenciosa, recibiendo el fresco soplo del aire nocturno en la frente. Se da cuenta de que está libre, en una parte conocida de la ciudad; reconoce el lugar que a menudo ha frecuentado, y por el que esperaba pasar por última vez a la mañana siguiente.

ENTONCES TRATÓ DE RECORDAR LOS SUCESOS DE LOS POCOS MOMENTOS PASADOS. Recordó que se había dormido, atado entre dos 120 soldados, despojado de sus sandalias y ropa exterior. Examinó su persona, y vio que estaba completamente vestido y ceñido. Sus muñecas hinchadas por efecto de los crueles hierros, estaban libres de cadenas. Se percató de que su libertad no era un engaño, ni un sueño ni una visión, sino una bendita realidad. Por la mañana iba a ser llevado a la ejecución; pero he aquí que un ángel lo había librado de la cárcel y de la muerte. "Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo el pueblo de los Judíos que me esperaba."

EL APÓSTOL SE DIRIGIÓ EN SEGUIDA A LA CASA DONDE ESTABAN REUNIDOS SUS HERMANOS, y donde en ese mismo momento estaban orando fervientemente por él. "Y tocando Pedro a la puerta del patio, salió una muchacha, para escuchar, llamada Rhode: la cual como conoció la voz de Pedro, de gozo no abrió el postigo, sino corriendo adentro, dio nueva de que Pedro estaba al postigo.  Y ellos le dijeron: Estás loca. Mas ella afirmaba que así era. Entonces ellos decían: Su ángel es.

"Más Pedro perseveraba en llamar: y cuando abrieron, viéronle, y se espantaron. Mas él haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel." Y Pedro "salió, y partió a otro lugar." El gozo y la alabanza llenaron los corazones de los creyentes, porque Dios había oído y contestado sus oraciones, y había librado a Pedro de las manos de Herodes.

POR LA MAÑANA Un Gran Número De Gente Se Congregó Para Presenciar La Ejecución Del Apóstol. Herodes envió a algunos oficiales a la prisión en busca de Pedro, quien había de ser traído con un gran despliegue de armas y guardias, no sólo a fin de asegurar que no se fugase, sino para intimidar a los simpatizantes, y mostrar el poder del rey.

Cuando los guardias que velaban a la puerta descubrieron que Pedro se había escapado, se llenaron de terror. Se les había dicho expresamente que sus vidas serían demandadas por la 121 vida de aquel a quien cuidaban. Y por eso, habían sido especialmente vigilantes. Cuando los oficiales llegaron en busca de Pedro, los soldados estaban todavía a la puerta de la cárcel, los cerrojos y las barras quedaban firmes, y las cadenas estaban todavía aseguradas a las muñecas de los dos soldados; pero el preso se había ido.

CUANDO TUVO NOTICIA DEL LIBRAMIENTO DE PEDRO, HERODES SE EXASPERÓ Y ENFURECIÓ. Acusando de infidelidad a los guardias de la cárcel ordenó que se les diese muerte. Herodes sabía que ningún poder humano había rescatado a Pedro, pero estaba resuelto a no reconocer que un poder divino había frustrado su designio, y desafió insolentemente a Dios.

POCO DESPUÉS QUE PEDRO FUERA LIBRADO DE LA CÁRCEL, HERODES FUE A CESAREA. Mientras estaba allí, dio una gran fiesta, con el fin de suscitar la admiración y conquistar el aplauso del pueblo. A esta fiesta asistieron los amantes de placeres de muchos lugares, y se banqueteó mucho y se bebió mucho vino. Con gran pompa y ceremonia se presentó Herodes ante el pueblo, y se dirigió a él en un elocuente discurso. Vestido con un manto resplandeciente de plata y oro, que reflejaba los rayos del sol en sus relumbrantes pliegues y deslumbraba los ojos de los espectadores, era de imponente figura. La majestad de su aspecto y la fuerza de sus palabras bien escogidas ejercieron poderoso influjo sobre la asamblea. Sus sentidos estaban ya pervertidos por la gula y el vino, y se quedaron deslumbrados por los atavíos de Herodes y encantados por su porte y oratoria; de manera que con frenético entusiasmo le tributaron adulación, declarando que ningún mortal podía presentar tal aspecto y disponer de tan sorprendente elocuencia. Dijeron, además, que aunque siempre lo habían respetado como gobernante, de ahora en adelante lo adorarían como dios.

ALGUNOS DE AQUELLOS CUYO VOZ ESTABA AHORA GLORIFICANDO A UN VIL PECADOR, habían elevado, tan sólo pocos años antes, el clamor frenético: ¡Quita a Jesús! ¡Crucifícale, crucifícale! Los judíos se habían negado a recibir a Jesús, cuyas burdas vestiduras, 122 a menudo sucias del viajar, cubrían un corazón lleno de amor divino. Sus ojos no podían discernir, bajo el exterior humilde, al Señor de la vida y la gloria, aun cuando el poder de Cristo se había revelado ante ellos en obras que ningún hombre podía hacer. Pero estaban dispuestos a adorar como dios al rey altanero, cuyos magníficos vestidos de plata y oro cubrían un corazón corrompido y cruel.

HERODES sabía que no merecía ninguna de las alabanzas y homenajes que se le tributaban, y sin embargo aceptó la idolatría del pueblo como si le fuera debida. Su corazón saltaba de triunfo, y una expresión de orgullo satisfecho se notaba en su semblante mientras oía el clamor: "Voz de Dios, y no de hombre."

Pero De Repente Lo Sobrecogió Un Cambio Espantoso. Su rostro se puso pálido como la muerte y convulsionado por la agonía. Gruesas gotas de sudor brotaron de sus poros. Quedó un momento de pie como transido de dolor y terror; luego, volviendo su semblante lívido hacia sus horrorizados amigos, exclamó en tono hueco de desesperación: Aquel que ensalzasteis como dios está herido de muerte.

Se lo sacó de la escena de orgía y pompa sufriendo la angustia más torturante. Momentos antes había recibido alabanzas y culto de una vasta muchedumbre; ahora se daba cuenta de que se hallaba en las manos de un Gobernante mayor que él. Se sintió invadido por el remordimiento: recordó su implacable persecución de los discípulos de Cristo; su cruel orden de matar al inocente Jacobo, y su propósito de dar muerte al apóstol Pedro; recordó cómo en su mortificación e ira frustrada había ejercido una venganza irrazonable contra los guardias de la cárcel. Sintió que él, el perseguidor implacable, había caído ahora en las manos de Dios. No hallaba alivio del dolor corporal ni de la angustia mental, ni tampoco tenía esperanza de obtenerlo.

HERODES CONOCÍA LA LEY DE DIOS QUE DICE: "No tendrás dioses ajenos delante de mí" (Ex. 20: 3); y sabía que al aceptar la 123 adoración del pueblo, había llenado la medida de su iniquidad, y atraído sobre sí la justa ira de Jehová.

EL MISMO ÁNGEL que había bajado de los atrios celestiales para librar a Pedro, había sido mensajero de ira y juicio para Herodes. El ángel hirió a Pedro para despertarlo de su sueño; pero fue con un golpe diferente como hirió al perverso rey, humillando su orgullo y haciendo caer sobre él el castigo del Todopoderoso. Herodes murió en gran agonía mental y corporal bajo el justo castigo de Dios.

ESTA DEMOSTRACIÓN DE LA JUSTICIA DIVINA TUVO UNA PODEROSA INFLUENCIA SOBRE EL PUEBLO. Fueron propagadas por todos los países las nuevas de que el apóstol de Cristo había sido librado milagrosamente de la cárcel y de la muerte mientras que su perseguidor había sido herido por la maldición de Dios, y esas nuevas constituyeron el medio de inducir a muchos a creer en Cristo.

LA EXPERIENCIA DE FELIPE, dirigido por un ángel del cielo para que fuese adonde había de encontrarse con uno que buscaba la verdad; la de Cornelio, visitado por un ángel que le llevó un mensaje de Dios; la de Pedro, que, encarcelado y condenado a muerte, fue sacado a un lugar seguro por un ángel; todos estos casos demuestran cuán íntima es la relación que existe entre el cielo y la tierra.

EL RELATO DE ESTAS VISITAS ANGÉLICAS debe proporcionar fuerza y valor a aquel que trabaja por Dios. Hoy día, tan ciertamente como en el tiempo de los apóstoles, los mensajeros celestiales recorren toda la anchura y longitud de la tierra, tratando de consolar a los tristes, proteger a los impenitentes, ganar los corazones de los hombres a Cristo. No podemos verlos personalmente; pero no obstante, ellos están constantemente con nosotros para dirigirnos, guiarnos y protegernos.

EL CIELO SE ACERCA A LA TIERRA POR ESA ESCALERA MÍSTICA, cuya base está firmemente plantada en la tierra, mientras que su parte superior llega al trono del Infinito. Los ángeles están constantemente ascendiendo y descendiendo por esta escalera 124 de deslumbrante resplandor, llevando las oraciones de los menesterosos y angustiados al Padre celestial, y trayendo bendición y esperanza, valor y ayuda, a los hijos de los hombres. Esos ángeles de luz crean una atmósfera celestial en derredor del alma, elevándonos hacia lo invisible y eterno.

NO PODEMOS CONTEMPLAR SUS FORMAS con nuestra vista natural; solamente mediante una visión espiritual podemos discernir las cosas celestiales. Solamente el oído espiritual puede oír la armonía de las voces celestiales. "El ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen, y los defiende." (Sal. 34:7.)

DIOS ENVÍA A SUS ÁNGELES a salvar a sus escogidos de la calamidad, a protegerlos de "pestilencia que ande en obscuridad," y de "mortandad que en medio del día destruya." (Sal. 91: 6.)

REPETIDAS VECES LOS ÁNGELES han hablado con los hombres como un hombre habla con su amigo, y los han guiado a lugares seguros. Vez tras vez las palabras alentadoras de los ángeles han renovado los espíritus abatidos de los fieles, elevando sus mentes por encima de las cosas de la tierra, y los han inducido a contemplar por la fe las ropas blancas, las coronas y las palmas de victoria, que los vencedores recibirán cuando circunden el gran trono blanco.

LA OBRA DE LOS ÁNGELES CONSISTE EN ACERCARSE A LOS PROBADOS, DOLIENTES O TENTADOS. Trabajan incansablemente en favor de aquellos por quienes Cristo murió. Cuando los pecadores son inducidos a entregarse al Salvador, los ángeles llevan las nuevas al cielo, y hay gran regocijo entre la hueste celestial. "Habrá más gozo en el cielo de un pecador que se arrepiente, que de noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento." (Luc. 15:7.) De todo esfuerzo de nuestra parte por disipar las tinieblas y difundir el conocimiento de Cristo, se lleva un informe al cielo. Y al referirse la acción ante el Padre, el gozo conmueve todas las huestes celestiales.

LOS PRINCIPADOS Y LAS POTESTADES DE LOS CIELOS ESTÁN CONTEMPLANDO LA GUERRA que, en circunstancias aparentemente desalentadoras, están riñendo los siervos de Dios. Se verifican 125 nuevas conquistas, se ganan nuevos honores a medida que los cristianos, congregándose en derredor del estandarte de su Redentor, salen a pelear la buena batalla de la fe. Todos los ángeles celestiales están al servicio de los humildes y creyentes hijos de Dios; y cuando el ejército de obreros canta aquí en la tierra sus himnos de alabanza, el coro celestial se une a él para tributar loor a Dios y a su Hijo.

NECESITAMOS COMPRENDER más plenamente la misión de los ángeles. Sería bueno recordar que cada verdadero hijo de Dios cuenta con la cooperación de los seres celestiales. Ejércitos invisibles de luz y poder acompañan a los mansos y humildes que creen y aceptan las promesas de Dios; hay a la diestra de Dios querubines y serafines, y ángeles poderosos en fortaleza, "son todos espíritus administradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de salud." (Heb. 1:14.) 126

Los Hechos De Los Apóstoles En La Proclamación

Del Evangelio De Jesucristo. (EGW). MHP


jueves, 18 de julio de 2019

CAPÍTULO 14. UN INVESTIGADOR DE LA VERDAD.

Basado en Hechos 9:32-11:18.

EN EL CURSO DE SU MINISTERIO, EL APÓSTOL PEDRO VISITÓ A LOS CREYENTES EN LIDA. Allí sanó a Eneas, que durante ocho años había estado postrado en cama con parálisis. "Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y hazte tu cama. Y luego se levantó. Y viéronle todos los que habitaban en Lidda y en Sarona, los cuales se convirtieron al Señor."

EN JOPPE, CIUDAD QUE ESTABA CERCANA A LIDA, VIVÍA UNA MUJER LLAMADA DORCAS, cuyas buenas obras le habían conquistado extenso afecto. Era una digna discípula de Jesús, y su vida estaba llena de actos de bondad. Ella sabía quiénes necesitaban ropas abrigadas y quiénes simpatía, y servía generosamente a los pobres y afligidos. Sus hábiles dedos estaban más atareados que su lengua.

"Y ACONTECIÓ EN AQUELLOS DÍAS QUE ENFERMANDO, MURIÓ." La iglesia de Jope sintió su pérdida; y oyendo que Pedro estaba en Lida, los creyentes le mandaron mensajeros "rogándole: No te detengas en venir hasta nosotros Pedro entonces levantándose, fue con ellos: y llegado que hubo, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas." A juzgar por la vida de servicio que Dorcas había vivido, no es extraño que llorasen, y que sus cálidas lágrimas cayesen sobre el cuerpo inanimado.

EL CORAZÓN DEL APÓSTOL FUE MOVIDO A SIMPATÍA AL VER SU TRISTEZA. Luego, ordenando que los llorosos deudos salieran de la pieza, se arrodilló y oró fervorosamente a Dios para que devolviese la vida y la salud a Dorcas. Volviéndose hacia el 108 cuerpo, dijo: "Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y viendo a Pedro, incorporóse." Dorcas había prestado grandes servicios a la iglesia, y a Dios le pareció bueno traerla de vuelta del país del enemigo, para que su habilidad y energía siguieran beneficiando a otros y también para que por esta manifestación de su poder, la causa de Cristo fuese fortalecida.

MIENTRAS PEDRO ESTABA TODAVÍA EN JOPPE, fue llamado a llevar el Evangelio a Cornelio en Cesarea.

CORNELIO Era Un Centurión Romano, hombre rico y de noble linaje, y ocupaba una posición de responsabilidad y honor. Aunque pagano de nacimiento y educación, por su contacto con los judíos había adquirido cierto conocimiento de Dios, y le adoraba con corazón veraz, demostrando la sinceridad de su fe por su compasión hacia los pobres. Era muy conocido por su beneficencia, y su rectitud le daba buen renombre tanto entre los judíos como entre los gentiles. Su influencia era una bendición para todos aquellos con quienes se relacionaba. El Libro inspirado le describe como "un hombre pío y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre."

CONSIDERANDO A DIOS Como Creador De Los Cielos Y La Tierra, Cornelio Le Reverenciaba, Reconocía Su Autoridad, Y Buscaba Su Consejo En Todos Los Asuntos De La Vida. Era fiel a Jehová tanto en su vida familiar como en sus deberes oficiales. Había erigido altar a Dios en su hogar, pues no se atrevía a intentar llevar a cabo sus planes ni desempeñar sus responsabilidades sin ayuda divina.

Aunque creía en las profecías y esperaba la venida del Mesías, Cornelio no tenía conocimiento del Evangelio según se revelaba en la vida y muerte de Cristo. No era miembro de la congregación judía, y habría sido considerado por los rabinos como pagano e inmundo. Pero el mismo santo Vigía que dijo de Abrahán: "Le conozco," conocía también a Cornelio, y le mandó un mensaje directo del cielo.

EL ÁNGEL SE LE APARECIÓ A CORNELIO MIENTRAS ESTABA ORANDO. 109 Al oír el centurión que se lo llamaba por nombre, tuvo miedo. Sin embargo, sabía que el mensajero había venido de Dios, y dijo: "¿Qué es, Señor?" El ángel contestó: "Tus oraciones y tus limosnas han subido en memoria a la presencia de Dios. Envía pues ahora hombres a Jope, y haz venir a un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro. Este posa en casa de un Simón curtidor, que tiene su casa junto a la mar."

El carácter explícito de estas indicaciones, en las que se nombraba hasta la ocupación del hombre en cuya casa posaba Pedro, demuestra que el Cielo conoce la historia y los quehaceres de los hombres en toda circunstancia de la vida. Dios está familiarizado con la experiencia y el trabajo del más humilde obrero tanto como con los del rey en su trono.

"ENVÍA PUES AHORA HOMBRES A JOPPE, Y Haz Venir A Un Simón." Con esta orden, Dios dio evidencia de su consideración por el ministerio evangélico y por su iglesia organizada. El ángel no fue enviado a relatar a Cornelio la historia de la cruz. Un hombre, sujeto como el centurión mismo a las flaquezas y tentaciones humanas, había de ser quien le hablase del Salvador crucificado y resucitado.

DIOS NO ESCOGE, para que sean sus representantes entre los hombres, a ángeles que nunca cayeron, sino a seres humanos, a hombres de pasiones semejantes a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo se humanó a fin de poder alcanzar a la humanidad. Se necesitaba un Salvador a la vez divino y humano para traer salvación al mundo. Y a los hombres y mujeres ha sido confiado el sagrado cometido de dar a conocer "las inescrutables riquezas de Cristo." (Efe. 3:8.)

EN SU SABIDURÍA, el Señor pone a los que buscan la verdad en relación con semejantes suyos que conocen la verdad. Es plan del Cielo que los que han recibido la luz la impartan a los que están todavía en tinieblas. La humanidad, sacando eficiencia de la gran Fuente de la sabiduría, es convertida en instrumento, agente activo, por medio del cual el Evangelio ejerce su poder transformador sobre la mente y el corazón. 110

CORNELIO Obedeció Gustosamente La Orden Recibida En Visión. Cuando el ángel se hubo ido, el centurión "llamó dos de sus criados, y un devoto soldado de los que le asistían; a los cuales, después de habérselo contado todo, los envió a Jope."

EL ÁNGEL, Después De Su Entrevista Con Cornelio, Se Fue A Pedro En Jope. En ese momento, el apóstol se hallaba orando en la azotea de la casa donde posaba, y leemos que "le vino una gran hambre, y quiso comer; pero mientras disponían, sobrevínole un éxtasis." No era sólo de alimento físico del que Pedro sentía hambre. Mientras que desde la azotea contemplaba la ciudad de Joppe y la región comarcana, sintió hambre por la salvación de sus compatriotas. Sintió el intenso deseo de mostrarles en las Sagradas Escrituras las profecías relativas a los sufrimientos y la muerte de Cristo.

EN LA VISIÓN, Pedro "vio el cielo abierto, y que descendía un vaso, como un gran lienzo, que atado de los cuatro cabos era bajado a la tierra; en el cual había de todos los animales cuadrúpedos de la tierra, y reptiles, y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común e inmunda he comido jamás. Y volvió la voz hacia él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Y esto fue hecho por tres veces; y el vaso volvió a ser recogido en el cielo."

ESTA VISIÓN REPRENDÍA A PEDRO A LA VEZ QUE LE INSTRUÍA. Le reveló el propósito de Dios, que por la muerte de Cristo los gentiles fueran hechos herederos con los judíos de las bendiciones de la salvación. Todavía ninguno de los discípulos había predicado el Evangelio a los gentiles. En su mente, la pared de separación, derribada por la muerte de Cristo, existía todavía, y sus labores se habían limitado a los judíos; porque habían considerado a los gentiles excluidos de las bendiciones del Evangelio. Ahora el Señor trataba de enseñarle a Pedro el alcance mundial del plan divino.

Muchos de los gentiles habían oído con interés la predicación de Pedro y de los otros apóstoles, y muchos judíos griegos 111 habían creído en Cristo, pero la conversión de Cornelio había de ser la primera de importancia entre los gentiles.

HABÍA LLEGADO EL TIEMPO en que la iglesia de Cristo debía emprender una fase enteramente nueva de su obra. Debía abrirse la puerta que muchos de los judíos conversos habían cerrado a los gentiles. Y de entre éstos los que aceptaran el Evangelio habían de ser considerados iguales a los discípulos judíos, sin necesidad de observar el rito de la circuncisión.

¡Cuán cuidadosamente obró el Señor para vencer los prejuicios contra los gentiles, que tan firmemente había inculcado en la mente de Pedro su educación judaica! Por la visión del lienzo y de su contenido, trató de despojar la mente del apóstol de esos prejuicios, y de enseñarle la importante verdad de que en el Cielo no hay acepción de personas; que los judíos y los gentiles son igualmente preciosos a la vista de Dios; que por medio de Cristo los paganos pueden ser hechos partícipes de las bendiciones y privilegios del Evangelio.

MIENTRAS PEDRO MEDITABA EN EL SIGNIFICADO DE LA VISIÓN, llegaron a Jope los hombres enviados por Cornelio, y se hallaban delante de la puerta de la casa en que posaba. Entonces el Espíritu le dijo: "He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende, y no dudes ir con ellos; porque yo los he enviado."

PARA PEDRO ESA ORDEN ERA PENOSA, y debía hacer violencia a su voluntad a cada paso que daba mientras emprendía el deber que se le imponía; pero no se atrevía a desobedecer. Así que, "descendiendo a los hombres que eran enviados por Cornelio, dijo: He aquí, yo soy el que buscáis: ¿cuál es la causa por la que habéis venido?" Ellos le refirieron su singular misión, diciendo: "Cornelio, el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene testimonio de toda la nación de los Judíos, ha recibido respuesta por un santo ángel, de hacerte venir a su casa, y oír de ti palabras."

EN OBEDIENCIA a las indicaciones que acababa de recibir de Dios, el apóstol prometió ir con ellos. A la mañana siguiente 112 salió para Cesarea acompañado de seis de sus hermanos. Estos habían de ser testigos de todo lo que dijera o hiciera mientras visitaba a los gentiles; porque Pedro sabía que sería llamado a dar cuenta de tan directa violación de las enseñanzas judaicas.

AL ENTRAR PEDRO EN LA CASA DEL GENTIL, Cornelio no lo saludó como a un visitante común, sino como a un ser honrado del Cielo y enviado a él por Dios. Es costumbre oriental postrarse ante un príncipe u otro alto dignatario, y que los niños se inclinen ante sus padres; pero Cornelio, embargado por la reverencia hacia el que Dios le había enviado para enseñarle, cayó en adoración a los pies del apóstol. Pedro se quedó horrorizado, y levantó al centurión, diciendo: "Levántate; yo mismo también soy hombre."

MIENTRAS LOS MENSAJEROS DE CORNELIO se hallaban cumpliendo su misión, el centurión "los estaba esperando, habiendo llamado a sus parientes y los amigos más familiares," para que juntamente con él pudiesen oír la predicación del Evangelio.

CUANDO PEDRO LLEGÓ, halló a una gran compañía que aguardaba ansiosa de oír sus palabras.

Pedro habló primero a los congregados de la costumbre de los judíos, diciendo que ellos tenían por ilícito el trato social con gentiles, y que el practicarlo entrañaba contaminación ceremonial. "Vosotros sabéis ­ dijo ­ que es abominable a un varón Judío juntarse o llegarse a un extranjero, más me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; por lo cual, llamado, he venido sin dudar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?"

CORNELIO REFIRIÓ ENTONCES LO QUE LE HABÍA SUCEDIDO Y LAS PALABRAS DEL ÁNGEL, diciendo en conclusión: "Así que, luego envié a ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado." Pedro dijo: "Por verdad hallo que Dios no hace acepción de personas; sino que de cualquiera nación que le teme y obra justicia, se agrada." 113

Y LUEGO, A ESE COMPAÑÍA DE ATENTOS OYENTES PREDICÓ EL APÓSTOL A CRISTO, su vida, sus milagros, su entrega y crucifixión, su resurrección y ascensión y su obra en el cielo como representante y defensor del hombre. Mientras señalaba a los presentes a Jesús como única esperanza del pecador, Pedro mismo comprendió más plenamente el significado de la visión que había tenido, y en su corazón ardía el espíritu de la verdad que estaba presentando.

DE REPENTE, EL DISCURSO FUE INTERRUMPIDO POR EL DESCENSO DEL ESPÍRITU SANTO. "Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el sermón. Y se espantaron los fieles que eran de la circuncisión, que habían venido con Pedro, de que también sobre los Gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.

"Entonces respondió Pedro: ¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y les mandó bautizar en el nombre del Señor Jesús."

Así fue comunicado el Evangelio a los que habían sido extraños, haciéndolos conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.

La Conversión De Cornelio Y Su Familia No Fue Sino Las Primicias De Una Mies Que Se Había De Cosechar. Comenzando Con Esta Familia, Se Llevó A Cabo Una Extensa Obra De Gracia En Esa Ciudad Pagana.

HOY DÍA DIOS ESTÁ BUSCANDO ALMAS TANTO ENTRE LOS ENCUMBRADOS COMO ENTRE LOS HUMILDES. Hay muchos hombres como Cornelio a quienes el Señor desea vincular con su obra en el mundo. Sus simpatías están con el pueblo del Señor, pero los vínculos que los atan al mundo los retienen firmemente. Decidirse por Cristo exige valor moral de su parte. Debieran hacerse esfuerzos especiales por esas almas cuyas responsabilidades y asociaciones les hacen correr tan gran peligro.

DIOS BUSCA OBREROS FERVIENTES Y HUMILDES, que lleven el Evangelio a las clases encumbradas. Se han de obrar milagros 114 de genuinas conversiones, milagros que actualmente no se ven. Los mayores hombres de esta tierra no están fuera del alcance del poder de un Dios que obra maravillas. Si aquellos que son obreros juntamente con él aprovechan las oportunidades, cumpliendo fiel y valientemente su deber, Dios convertirá a hombres que ocupan puestos de responsabilidad, hombres de intelecto e influencia.

MEDIANTE EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO, muchos aceptarán los principios divinos. Convertidos a la verdad, llegarán a ser agentes en las manos de Dios para comunicar la luz. Sentirán una preocupación especial por otras almas de esta clase descuidada. Consagrarán tiempo y dinero a la obra del Señor, y se añadirán nueva eficiencia y nuevo poder a la iglesia.

POR CUANTO CORNELIO VIVÍA EN OBEDIENCIA a toda la instrucción que había recibido, Dios ordenó los acontecimientos de modo que se le diese más de la verdad. Se envió un mensajero de las cortes del cielo al oficial romano y a Pedro, a fin de que Cornelio pudiera ser puesto en relación con uno que podía guiarlo a una luz mayor.

HAY EN NUESTRO MUNDO MUCHOS QUE ESTÁN MÁS CERCA DEL REINO DE DIOS DE LO QUE SUPONEMOS. En este obscuro mundo de pecado, el Señor tiene muchas joyas preciosas, hacia las que él guiará a sus mensajeros. Por doquiera hay quienes se decidirán por Cristo. Muchos apreciarán la sabiduría de Dios más que cualquier ventaja terrenal, y llegarán a ser fieles portaluces. Constreñidos por el amor de Cristo, constreñirán a otros a ir a él.

CUANDO LOS HERMANOS DE JUDEA OYERON decir que Pedro había ido a la casa de un gentil y predicado a los que en ella estaban congregados, se sorprendieron y escandalizaron. Temían que semejante conducta, que les parecía presuntuosa, hubiese de contrarrestar sus propias enseñanzas. En cuanto vieron a Pedro después de esto, le recibieron con severas censuras, diciendo: "¿Por qué has entrado a hombres incircuncisos, y has comido con ellos?". 115

PEDRO LES PRESENTÓ TODO EL ASUNTO. Relató su visión, e insistió en que ella le amonestaba a no observar más la distinción ceremonial de la circuncisión e incircuncisión, y a no considerar a los gentiles como inmundos. Les habló de la orden que le había sido dada de ir a los gentiles, de la llegada de los mensajeros, de su viaje a Cesarea y de la reunión con Cornelio. Relató el resumen de su entrevista con el centurión, en la que este último le había referido la visión donde se le indicaba que mandase llamar a Pedro.

"Y como comencé a hablar ­dijo, relatando el incidente,­ cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio. Entonces me acordé del dicho del Señor, como dijo: Juan ciertamente bautizó en agua; mas vosotros seréis bautizados en Espíritu Santo. Así que, si Dios les dio el mismo don también como a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?"

AL OÍR ESTA EXPLICACIÓN, LOS HERMANOS CALLARON. Convencidos de que la conducta de Pedro estaba de acuerdo con el cumplimiento directo del plan de Dios, y que sus prejuicios y espíritu exclusivo eran totalmente contrarios al espíritu del Evangelio, glorificaron a Dios, diciendo: "De manera que también a los Gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida."

Así, sin discusión, los prejuicios fueron quebrantados, se abandonó el espíritu exclusivista establecido por la costumbre secular, y quedó expedito el camino para la proclamación del Evangelio a los gentiles. 116

Los Hechos De Los Apóstoles En La Proclamación

Del Evangelio De Jesucristo. (EGW). MHP