jueves, 7 de diciembre de 2023

41. REGOCIJO EN EL CIELO…

Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. (Juan 17:18,19).

En la parábola de la oveja perdida, Cristo enseña que la salvación no se debe a nuestra búsqueda de Dios, sino a su búsqueda de nosotros. “No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios; todos se desviaron…”. Romanos 3:11,12.

No nos arrepentimos para que Dios nos ame, sino que Él revela su amor para que nos arrepintamos...

Los rabinos tenían el dicho de que hay regocijo en el cielo cuando es destruido uno que ha pecado contra Dios; pero Jesús enseñó que la obra de destrucción es una obra extraña; aquello en lo cual todo el cielo se deleita es la restauración de la imagen de Dios en las almas que él ha hecho.

Cuando alguien que se haya extraviado grandemente en el pecado trate de volver a Dios, encontrará crítica y desconfianza. Habrá quienes pongan en duda la veracidad de su arrepentimiento, o que murmurarán: “No es firme; no creo que se mantendrá”.

Tales personas no están haciendo la obra de Dios, sino la de Satanás, que es el acusador de los hermanos.

Mediante sus críticas, el maligno trata de desanimar a aquella alma, y llevarla aún más lejos de la esperanza y de Dios.

Contemple el pecador arrepentido, el regocijo del cielo por su regreso. Descanse en el amor de Dios, y en ningún caso se descorazone por las burlas y las sospechas de los fariseos.

Los rabinos entendieron que la parábola de Cristo se aplicaba a los publicanos y pecadores; pero también tiene un significado más amplio.

Cristo representa con la oveja perdida no sólo al pecador individual, sino también al mundo que ha apostatado y ha sido arruinado por el pecado.

Este mundo no es sino un átomo en los vastos dominios que Dios preside. Sin embargo, este pequeño mundo caído, la única oveja perdida, es más precioso a su vista que los noventa y nueve que no se descarriaron del aprisco.

Cristo, el amado Comandante de las cortes celestiales, descendió de su elevado estado, puso a un lado la gloria que tenía con el Padre, con el fin de salvar al único mundo perdido.

Para esto dejó allá arriba los mundos que no habían pecado, los noventa y nueve que le amaban, y vino a esta tierra para ser “herido... por nuestras rebeliones” y “molido por nuestros pecados”. Isaías 53:5.

Dios se dio a sí mismo en su Hijo para poder tener el gozo de recobrar a la oveja que se había perdido...

Cada alma que Cristo ha rescatado está llamada a trabajar en su nombre para la salvación de los perdidos. Esta obra había sido descuidada en Israel. ¿No es descuidada hoy día por los que profesan ser los seguidores de Cristo? Palabras de Vida del Gran Maestro, 148-150. [349]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=PX_F36sWBMY&list=PLVsLdOIe7sVub3iqYiMu9eoptMRN6QQ7k&index=7&pp=gAQBiAQBsAQB

 

domingo, 17 de septiembre de 2023

40. ¿LA FE NOS EXIME DE LA OBEDIENCIA?

Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardarais mi pacto, vosotros seréis mí especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. (Éxodo 19:5).

La Obediencia, Es Decir, El Servicio Y La Lealtad De Amor, Es La Verdadera Prueba Del Discipulado.

 Siendo Así, La Escritura dice: "Pues Este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos…" "El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él" (1Juan 5:3; 2:4).

En vez de que la fe exima al hombre de la obediencia, es la fe, y sólo ella, la que lo hace participante de la gracia de Cristo y lo capacita para obedecerlo.

No ganamos la salvación con nuestra obediencia (es complemento de la fe); (Citamos Santiago. 2:24 “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”).

Porque la salvación es el don gratuito de Dios, que se recibe por la fe. Pero la obediencia es el fruto de la fe. “Sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo, aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido" (1 Juan 3:5,6).

(Tampoco podemos justificarnos o salvarnos solo por la fe sola Santiago. 2:14. Dice: “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?).

He aquí la verdadera prueba. Si moramos en Cristo, si el amor de Dios mora en nosotros, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestras acciones, tienen que estar en armonía con la voluntad de Dios como se expresa en los preceptos de su santa ley.

"Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo" (1 Juan 3:7). Sabemos lo que es justicia por el modelo de la santa ley de Dios, como se expresa en los Diez Mandamientos dados en el Sinaí.

Esa Así Llamada Fe En Cristo, que según se declara exime a los hombres de la obligación de la obediencia a Dios, no es fe sino presunción. "Por gracia sois salvos por medio de la fe". Más "la fe, si no tiene, obras, es muerta en sí misma" (Efesios 2:8; Santiago 2:17).

 Jesús dijo de sí mismo antes de venir al mundo: "El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón" (Salmo 40:8).

Y cuando estaba por ascender a los cielos, dijo otra vez: "Yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor" (Juan 15:10).

La Escritura dice: "Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos" (1Juan 2:3)...

La Condición Para Alcanzar La Vida Eterna es ahora exactamente la misma de siempre, tal cual era en el paraíso antes de la caída de nuestros primeros padres: la perfecta obediencia a la ley de Dios, la perfecta justicia.

Si la vida eterna se concediera con alguna condición inferior a ésta, peligraría la felicidad de todo el universo. Se le abriría la puerta al pecado con todo su séquito de dolor y miseria para siempre...

Cuanto más nos guíe la necesidad a Él y a la Palabra de Dios, tanto más elevada visión tendremos de su carácter y más plenamente reflejaremos su imagen. El camino a Cristo, págs. 60-62, 65. RJ266/EGW/MHP 267

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=eNBwbc-skNg&list=PLtrFh-HO7ogB0b9ZH0YMA5EYtDsepZwEC&index=17&pp=gAQBiAQBsAQB

 

martes, 11 de julio de 2023

39. NOS TRATARA COMO TRATAMOS A OTROS.

Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. (Ezequiel 34:26 R60).

Todo el que tenga que relacionarse con los demás debería tratar su caso como si fuera el propio; pues exactamente así como tratamos a los demás Dios lo hará con nosotros.

Tratamos a Cristo como tratamos a sus hijos, dado que él está representado en la persona de sus santos. La verdad de Dios debe santificar el alma, refinar y elevar el carácter, y debemos adquirir el molde celestial, antes de que estemos preparados para las cortes de lo alto.

Muchos entran en contacto con creyentes y con quienes no creen.

Cuán importante es que aun las luces bajas estén encendidas, para que todos puedan captar los rayos de luz de las lámparas brillantes de quienes profesan ser seguidores de Cristo.

Necesitamos abundante gracia para este tiempo de declinación espiritual…

Usted que tiene ayudantes, ¿ha permitido que su luz resplandezca sobre sus trabajadores, para que ellos también puedan ser colaboradores con Dios?

Dios le ha dado preciosos privilegios y ventajas al enviarle la luz de su verdad, y usted ha de aprovechar estas bendiciones, y permitir que otros compartan las misericordias de Dios.

Que gran campo misionero hay alrededor de sus hogares, que oportunidades diarias para hablar del valor de las promesas de Dios…

El Señor dice por medio del profeta Ezequiel: “Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado”. The Signs of the Times, 3 de Febrero de 1890.

Hay una obra que todo cristiano debe hacer en su propia puerta, en su propio vecindario. Pero cuántos pierden de vista los intereses eternos y están completamente absorbidos por sus asuntos temporales.

No hay necesidad de que sea asi, pues Jesús dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mat 6:33 R60).

a su propio bienestar eterno y al de su vecino la primera y más importante consideración. Sus vecinos son almas para salvar o para perder, y Dios espera que aquellos a quienes Él les ha dado luz, hagan decididos e interesados esfuerzos por los demás.

Deben recordar las sagradas demandas de la verdad en toda transacción de la vida. Vean los creyentes e incrédulos en la vida de quienes dicen tener un conocimiento avanzado dela verdad, una luz creciente, clara, fuerte, que resplandece en celo, en devoción, en nobleza de carácter, en su relación con los hombres. Entonces el Señor tratará generosamente con ustedes, sus siervos…

Supongamos que usted permite que su luz resplandezca y gracias a su devoción a la causa de Dios, unos pocos son guiados a consagrar su servicio a Él; luego, ellos serán una bendición para otros más, otros que usted no podrá alcanzar por su influencia personal.

El Señor dice: “Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado”. Su luz ha de alcanzar muy lejos. The Signs of the Times, 10 de Febrero, de 1890. RJ197/EGW/MHP 198.

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=Vvy5pClWYyM&list=PLtrFh-HO7ogBX3lJ-BVlf4v1fLk5TmqV6&index=11&pp=sAQB